Recuerdo, Padre Mío, el caminar poderoso de tu cuadrilla avanzando por María Auxiliadora, y glorificando la madrugada del Viernes Santo, con tu barrio poblando la plaza de sus mayores y la esencia talegona mezclando sus aromas con el azahar de los naranjos. Y recuerdo una marcha empapando nuestras entrañas con el deseo irrealizable de sanar tus heridas… ¿Cuántas veces he rememorado aquél instante imposible de repetir?. ¿Cuántas he soñado con tu imaginero, con las manos que tallaron tu figura y me he preguntado en qué lugar de su espíritu habitaba la semilla de la fe que te engendró?. ¿De qué fuente de la otra orilla del océano manaba el agua del altar de sus devociones? ¿Plasmó en Tí el dolor de todo un pueblo que sufría su condena?
Y la misma especie que masacró la cultura de muchos, luchó por defender a sus semejantes. ¿Cuántos se inmolaron por proteger las razas de la tierra en que brotó la gubia de tu Gracia? ¿Acaso sólo es Iglesia el que trajo destrucción y no quien trajo amor y respeto? ¿Cuántos murieron y siguen muriendo por tu gente en nombre de Dios?
tierras mexicanas
tu grandeza,
Gracia fue tallada
una Nación conversa,
y maltratada.
el artista,
manos te crearon,
el dolor el prisma
un pueblo masacrado
el yugo imperialista.
la riqueza
mandamientos
impusieron por la fuerza
la historia el viento.
tu gesto, Padre,
muera en el olvido,
llanto y las verdades
son corona de espinos
cruz de las libertades.
es
tu cuerpo Esparraguero,
de un hombre olvidado,
es tu muerte fiel reflejo