Córdoba, Portada

La crónica | La Salud de Puerta Nueva regala a Córdoba los primeros nazarenos y la primera bulla de la Semana Santa de 2023

Se palpaba la creciente intensidad en las orillas de Puerta Nueva cuando las manecillas del reloj se aproximaban inexorablemente a la hora en que las puertas del templo dejarían atravesar su frontera a la cruz de guía de la cofradía del Señor de la Salud. Nunca una advocación fue más apropiada para expresar, de manera gráfica, qué es exactamente lo que el mundo necesita para sanar sus heridas: auténtica Salud. Salud para las almas consternadas, Salud para las noches en vela, Salud para las lágrimas que provocan las tragedias cotidianas. La que emana del mismísimo Dios y se atrinchera en los corazones de quienes acuden a buscarle con la mirada. Como los cientos de cordobeses que se han arremolinado en presencia de Aquél que ha llegado para curar sus aflicciones.

Precedido de un numeroso y cuidado cortejo de más de dos centenares de flamantes nazarenos con el cirio al cuadril -que para sí querría más de uno-, extremadamente llamativo para una corporación tan joven que, además, sale a la calle un Jueves de Pasión, con todo lo que ello supone, y en el que brillaban con luz propia los niños, Nuestro Padre Jesús de la Salud en su Divina Misericordia en el Beso de Judas, obra de Manuel Luque Bonillo, ha lucido su magnífica túnica realizada a mano por hermanas de la corporación bajo diseño de Jesús Benzal. Una pieza estrenada en 2022, bordada en oro fino sobre terciopelo de seda morada en cuya ejecución se emplearon diversas técnicas como cetillo, hojilla y canutillo que presenta un elegante diseño en el que abunda la hojarasca y en el que la simetría es parte esencial del concepto.

Escoltado por Judas, en el preciso instante en el que consuma su traición, y acompañado en el paso por las nuevas imágenes de Santiago, San Pedro y San Juan, bendecidas hace tan sólo unos días y que, al igual que Judas han sido realizadas por el propio Luque Bonillo, el Señor ha encontrado el consuelo de la marea de fieles, por momentos una inmensidad, que se han precipitado para reencontrarse con Él. Un espectacular misterio al que únicamente le restan las figuras del soldado judío y el sanedrita para estar concluido, con un caminar poderoso, por obra y gracia de la cuadrilla que dirige como los ángeles el equipo de capataces de Juan Horacio de la Rosa y Jesús Ortigosa, especialmente espléndido en algunos tramos del recorrido, y al compás de la siempre magnífica Agrupación Musical Redención de Córdoba, todo un lujo a nuestro alcance, que ha escogido para la ocasión un repertorio muy popular, interpretado con gran solvencia.

Con tan excepcional contrapunto musical el paso de misterio ha derramado altas dosis de elegancia y espectacularidad a lo largo del recorrido con momentos de especial intensidad a su llegada a San Pedro, en cuyo interior la cofradía ha realizado estación de penitencia, no así el paso, que, acompañado por una representación de la hermandad de la Misericordia, ha rodeado la Basílica mientras los nazarenos se postraban ante el Altísimo, para no demorar la marcha, toda vez que la cofradía ha debido alargar considerablemente su recorrido por el concierto dispuesto por el ayuntamiento de Córdoba en la plaza de la Corredera, enclave al que ha tenido que renunciar la hermandad este año.

Un itinerario cuajado, pese a todo, de un excelente ramillete de detalles dotados de especial intensidad, como el paso por San Pedro a los sones de la mítica “La Saeta”, la calle Lineros, el discurrir por el Arco de San Francisco, San Andrés, o ya de madrugada por la Plaza de la Magdalena. Un maravilloso rosario de indescriptibles instantes para almacenar en la memoria colectiva de una cofradía cuya pujanza y vitalidad se encuentran fuera de toda duda. Un auténtico regalo que la Salud de Puerta Nueva le ha hecho a la ciudad, ofrendándole los primeros nazarenos y la primera bulla que ven sus calles en 2023, a tres días de que Córdoba vuelva a estrenar sonrisa un nuevo Domingo de Ramos.