En los prolegómenos de la semana más hermosa del año, la Quinta Angustia ha tomado posesión de las calles céntricas de la ciudad de Córdoba para volver a demostrar, a propios y extraños, sus señas de identidad, la sobriedad, la elegancia y un profundo ambiente de recogimiento que ha acompañado el devenir de la cofradía por enclaves cargados de un inequívoco sabor cofrade como San Miguel, Santa Victoria, la Compañía o Capuchinos, antes de transitar por los jardines de la Merced a las puertas mismas de su sede canónica, la parroquia de la Merced, que lo es le pese a quien le pese.
Acompañado por un nutrido cortejo de hombres y mujeres, ejemplo de los hermanos que deben conformar las hileras de nazarenos de nuestras cofradías, y con el simpático estreno de los niños vestidos de roquete que iban repartiendo estampitas y caramelos, Nuestro Padre Jesús en su Soberano Poder, entronizado en su paso exornado con jacintos, en el que brillaban con luz propia los nuevos faroles, y con el contrapunto de la música interpretada por el grupo de capilla de la Banda de la Estrella, ha dejado su huella inconfundible por las calles cordobesas, amparado en la impresionante zancada concebida por los imagineros Pablo Porras y Juan Jiménez para el Nazareno de la Diputación.
Adentrándose en el importante gentío que ha acompañado el caminar de la cofradía por la mayor parte de su recorrido, señal inequívoca de las ganas de Semana Santa que bulle en el alma de la ciudad y de las ganas de los cordobeses de que la Quinta Angustia sea una más entre las cofradías capitalinas, el saber estar de los componentes del cortejo, impecablemente ataviados, y la maestría con la que Luis Miguel Carrión “Curro” ha gobernado a su magnífica cuadrilla, han sido los ingredientes perfectos para completar una noche en la que el olor del incienso y la cera derretida han contribuido para dejar un dulce regusto entre el numeroso público asistente, que no ha faltado a la cita con la primera cofradía de la Semana Santa de Córdoba de 2023. Una cofradía que pide a gritos el hábito nazareno y el respeto que merece.