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¡Sorpresa! Las cabañuelas auguran lluvia para la Semana Santa de 2024

Los expertos prevén nubosidad variable con lluvias tormentosas entre el Domingo de Ramos y el Domingo de Resurrección

Lo reiteramos año tras año. El verano es una época que suele adolecer de noticias realmente trascendentales en el universo cofrade. Por lo tanto, es habitual que se reproduzcan determinadas informaciones que carecen del suficiente rigor informativo como para que gocen de la credibilidad requerida. Una de estas noticias que se reproduce cada mes de agosto es la previsión que sobre el clima de la próxima Semana Santa se deriva del “estudio de las cabañuelas”, esa pseudociencia especialmente proclive a no acertar merced a la experiencia de los últimos años. Basta con recordar que año tras año suelen prever un pronóstico similar para la Semana Santa, lluvias moderadas y generalizadas. Una previsión demasiado difusa como para que nadie pueda tomarla en serio y tan poco concreta que es muy probable que en algo acierte.

Pese a ello, parece que los cabañuelistas no cejan en su empeño y año tras año vuelven a realizar sus pronósticos que sirven de entretenimiento en la quietud del período estival en lo que a actualidad cofrade se refiere, que provocan el enfado generalizado entre aquellos que se las creen cuando no son favorables. En este caso, los primeros indicios con vistas a 2024 ya apuntan a que la primavera podría estar marcada por la inestabilidad, lo que inmediatamente ha sido reproducido a diestra y a siniestra para desesperación de unos pocos, regocijo de los anti todo y divertimento de la mayoría. Válidas o no, las cabañuelas no permiten ser precisamente optimistas respecto a la próxima Semana Santa, que dará comienzo el 23 marzo y se prolongará hasta el día 31.

Para estas fechas, el conocido cabañuelista jiennense Alfonso Cuenca prevé Nubosidad variable, lluvias moderadas (¡sorpresa!) y temperaturas entre 15 y 30 grados. Es decir, lo mismo de cada año.

Cabe recordar que estos pronósticos son realizados por los cabañuelistas observando el comportamiento meteorológico del mes de agosto y otros aspectos de la naturaleza como el color del cielo, el comportamiento de los animales o el mar, para predecir así -con más o menos acierto-, cómo será el tiempo en los próximos meses. Las cabañuelas se realizan a partir de la observación del conjunto de las condiciones meteorológicas durante los días del mes de agosto, desde que sale el sol hasta que se pone.

Según el tradicional método, desarrollado especialmente en zonas rurales, el primer día del mes haría referencia al tiempo que va a hacer en enero del año siguiente, el día dos de agosto al mes de febrero, y así sucesivamente hasta el día doce que se cerraría el año con diciembre. Además, están las cabañuelas de retorno, que se trata del mismo sistema pero a la inversa. El día trece de agosto haría referencia a lo que podría pasar en el mes de diciembre del próximo año, el catorce al mes de noviembre y así con el resto de días del mes de agosto.

Teniendo en cuenta que la primavera es una estación marcada por la inestabilidad meteorológica, resulta una auténtica quimera realizar pronósticos a más de tres días vista -incluso a veces ni eso-, más aún realizar predicciones con tantos meses de antelación. No obstante, volvemos a insistir como cada año, esto de las cabañuelas sirve como divertimento estival, ya saben: la próxima Semana Santa, en boca de los cabañuelistas, será inestable, como siempre… Si bien alguna vez debberían acertar aplicando la estadística más elemental, esperemos que en esta ocasión tampoco. No se las crean.