La Hermandad de la Humildad de Lebrija celebraba en septiembre de 2021 un cabildo extraordinario muy importante, toda vez que se aprobaba un interesantísimo e ilusionante proyecto para la corporación. Se trataba del diseño del misterio para Nuestro Padre Jesús de la Humildad de Lebrija, contando con las nuevas imágenes secundarias, que serán realizadas por uno de los imagineros más contrastados de la actualidad, Manuel Martín Nieto, con previsión de ser completado en los próximos años.
Hace tan sólo unas horas el reputado imaginero ha presentado el modelado a tamaño natural de la tercera figura de las siete que componen este grupo escultórico. Se trata del soldado Romano que se encarga de tener preso de manos a los dos ladrones y los empuja con la soga que tiene en sus muñecas a levantarse para ser crucificados. “Este busto en terracota a tamaño natural ha tenido muchísimo trabajo y horas de estudio, pues estaba buscando en el una expresión fuerte pero a la vez natural, aparece con fuerza en su expresión, se muerde el labio inferior (podéis ver en las fotos los dientes superiores) haciendo fuerza al tirar de los dos ladrones”, ha explicado el propio artista.
Esta figura se suma a la presentada el pasado mes de abril que representa la preparación a la crucifixión. Este romano aparece a la derecha del Señor de la Humildad, ofreciendo la copa con el vino y la hiel, mejunje que servía como anestésico para el suplicio de la cruz, pero que el Señor no quiso probarlo para ir plenamente consciente a la crucifixión. Su expresión refleja como le habla al señor y a la vez con gesto contrariado por la negativa del Señor a beberlo. Un boceto que se sumaba al presentado en junio pasado el busto a tamaño natural del mal ladrón llamado Gestas.

El misterio está formado por dos escenas diferenciadas: En un primer plano o escena delantera, aparecen los dos ladrones. Dimas con las manos prendidas por delante mirará a Cristo y ya se intuye la conversión en su mirada que se cruza con la del Señor. Gestas, en cambio, mostrará un semblante contrariado con las manos atrás mirando hacia abajo. A estos dos ladrones los tiene prendidos un soldado romano que tira de ambos para ser crucificados, y que en su mano derecha porta una lanza.
A la diestra de nuestro Señor, aparece un romano que ofrece una copa de barro con vino y hiel a Cristo. Dicho mejunje se administraba a modo de calmante, pero el Señor no quiso probarlo para ir plenamente consciente al suplicio de la crucifixión. La mano derecha del romano portaría el botijo donde está el preparado de vino y hiel, y en la mano izquierda la copa que le ofrece con mirada arrogante a Nuestro Señor.
En el segundo plano medio-trasero nos encontramos un romano que sostiene la Cruz, y que extiende la mano izquierda para recibir la sentencia de Cristo, entregada por otro romano que lleva una lanza. Por último, cierra esta escena un sayón que se encarga con un berbiquí o taladro casero de la época, de abrir los agujeros en la Cruz para la crucifixión del Señor. Este sayón pone su mano derecha en las vestiduras del Señor a modo de desprecio, sirviéndole de apoyo para ejercer la fuerza de su mano derecha y el peso de su cuerpo.
El plano central lo ocupará, por supuesto, el Señor de la Humildad, elevado sobre un monte de piedra. Las pinturas del proyecto son obras del pintor Manuel Peña Suárez, siguiendo ideas e indicaciones del escultor-imaginero Manuel Martín Nieto. Este proyecto tiene un plazo de ejecución de tres años.