Cuando el amor no entiende de distancia

Resulta complicado explicar, en multitud de ocasiones, cuáles son los resortes que tocan en las entrañas más profundas del ser humano el despertar de una devoción. A veces pueden nacer de la herencia recibida de nuestros mayores, sin embargo en otras brotan de la semilla más insospechada.

Es el caso de Manuel María Barrera Aguilera, un cofrade de la ciudad de gaditana de Rota, un hermano de la Hermandad del Perdón que se enamoró de María Santísima del Rocío y Lagrimas a través de las redes sociales, que fue cautivado por su Serena divinidad, precipitándose en lo más profundo de sus entrañas para generar el amor verdadero incalculable que todo cofrade auténtico siente por quienes ocupan el altar de su cabecera.

Entre las ofrendas de la Fiesta de Regla que ha tenido lugar este fin de semana en San Roque, en mismo corazón de la Judería, se hallaba un regalo muy especial, una cinturilla bordada en oro fino sobre terciopelo azul noche, una sorpresa que Manuel quiso realizar con sus propias manos para ofrecerle a su Reina Cordobesa.

El mayor de los regalos que este trabajador del taller de bordado de Fernando Calderón de Jerez de la Frontera puede hacerle a su Madre, para que luzca en su cintura el próximo Miércoles Santo. Un presente muy especial que evidencia que el amor surge en los lugares más insospechados y que la distancia nunca es demasiada si Ella lo quiere.