Andalucía, Córdoba, Portada, Sevilla

El gobierno de España prohíbe expresamente las procesiones

Se deberá evitar, además, tocar o besar objetos de devoción

El Gobierno de España mediante la publicación en el Boletín Oficial del Estado de la Orden SND/399/2020, de 9 de mayo, para la flexibilización de determinadas restricciones de ámbito nacional, establecidas tras la declaración del estado de alarma en aplicación de la fase 1 del Plan para la transición hacia una nueva normalidad, ha prohibido expresamente las procesiones y otros actos públicos de culto externo, que, más allá de lo que ha dictado al respecto la curia de la iglesia a través de los decretos publicados por las distintas diócesis, ha entrado de lleno, como elefante en cacharrería, en una ámbito que no le pertenece. Ha sido en concreto en el Artículo 9 titulado Lugares de culto que impone literalmente, al final del punto 2 que “No se podrá utilizar el exterior de los edificios ni la vía pública para la celebración de actos de culto”. De modo que, con independencia de lo que puedan establecer las diócesis, haya el número de personas que haya, están terminantemente prohibidas, las procesiones, los rosarios de la aurora o los Vía crucis hasta que el Gobierno lo estime oportuno. Esto es lo insólito del asunto, que el gobierno podría haber dejado este asunto en manos de las diócesis y ha evitado hacerlo imponiendo la prohibición.

El artículo en cuestión establece además que se permitirá la asistencia a lugares de culto siempre que no se supere un tercio de su aforo y que se cumplan las medidas generales de seguridad e higiene establecidas por las autoridades sanitarias y que Si el aforo máximo no estuviera claramente determinado se podrán utilizar los siguientes estándares para su cálculo: Espacios con asientos individuales: una persona por asiento, debiendo respetarse, en todo caso, la distancia mínima de un metro; Espacios con bancos: una persona por cada metro lineal de banco; Espacios sin asientos: una persona por metro cuadrado de superficie reservada para los asistentes; Para dicho cómputo se tendrá en cuenta el espacio reservado para los asistentes excluyendo pasillos, vestíbulos, lugar de la presidencia y colaterales, patios y, si los hubiera, sanitarios. Determinado el tercio del aforo disponible, se mantendrá la distancia de seguridad de, al menos, un metro entre las personas. El aforo máximo deberá publicarse en lugar visible del espacio destinado al culto.

Además, sin perjuicio de las recomendaciones de cada confesión en las que se tengan en cuentan las condiciones del ejercicio del culto propias de cada una de ellas, con carácter general se deberán observar las siguientes recomendaciones: Uso de mascarilla con carácter general. Antes de cada reunión o celebración, se deberán realizar tareas de desinfección de los espacios utilizados o que se vayan a utilizar, y durante el desarrollo de las actividades, se reiterará la desinfección de los objetos que se tocan con mayor frecuencia. Se organizarán las entradas y salidas para evitar agrupaciones de personas en los accesos e inmediaciones de los lugares de culto. Se pondrá a disposición del público dispensadores de geles hidroalcohólicos o desinfectantes con actividad virucida autorizados y registrados por el Ministerio de Sanidad, en todo caso en la entrada del lugar de culto, que deberán estar siempre en condiciones de uso.

No se permitirá el uso de agua bendecida y las abluciones rituales deberán realizarse en casa. Se facilitará en el interior de los lugares de culto la distribución de los asistentes, señalizando si fuese necesario los asientos o zonas utilizables en función del aforo permitido en cada momento. En los casos en los que los asistentes se sitúen directamente en el suelo y se descalcen antes de entrar en el lugar de culto, se usarán alfombras personales y se ubicará el calzado en los lugares estipulados, embolsado y separado. Se limitará al menor tiempo posible la duración de los encuentros o celebraciones. Durante el desarrollo de las reuniones o celebraciones, se evitará el contacto personal, manteniendo en todo momento la distancia de seguridad, la distribución de cualquier tipo de objeto, libros o folletos, tocar o besar objetos de devoción u otros objetos que habitualmente se manejen, la actuación de coros.

En otro orden de cosas, el Artículo 8 impone que los velatorios podrán realizarse en todo tipo de instalaciones, públicas o privadas, con un límite máximo en cada momento de quince personas en espacios al aire libre o diez personas en espacios cerrados, sean o no convivientes. La participación en la comitiva para el enterramiento o despedida para cremación de la persona fallecida se restringe a un máximo de quince personas, entre familiares y allegados, además de, en su caso, el ministro de culto o persona asimilada de la confesión respectiva para la práctica de los ritos funerarios de despedida del difunto. En todo caso, deberán respetarse las medidas de seguridad e higiene establecidas por las autoridades sanitarias para la prevención del COVID-19, relativas al mantenimiento de una distancia mínima de seguridad de dos metros, higiene de manos y etiqueta respiratoria.