Como marcan los estatutos corporativos de la Hermandad del Remedio de Ánimas, este primer viernes de marzo tiene lugar la Solemne Veneración de los Fieles al Santísimo Cristo del Remedio de Ánimas, tradicionalmente conocido como Besapiés. Durante todo el día se encontrará expuesto nuestro Sagrado Titular en la Real Parroquia de San Lorenzo Mártir en horario ininterrumpido de 9:30 horas a 22:00 horas. A su conclusión, tal y como viene siendo habitual, se celebrará el solemne Responso a los hermanos difuntos en el que intervendrá el Coro de la Hermandad.
Como es tradicional, el imponente crucificado preside un altar efímero que transmite un mensaje catequético para hermanos y devotos. En esta ocasión, se promueve una profunda reflexión sobre cómo la muerte y el pecado se encuentran encadenados a la Cruz. Ello simboliza que, gracias a la Redención, podemos liberarnos del pecado y la muerte. A ambos lados del cristo, encontramos dos escenas que explican ambas situaciones. A nuestra izquierda, encontramos la muerte (Mors). El ángel que encontramos dentro de la escena representa el alma y simboliza la firma del contrato que debe hacer con la muerte antes de que le sea asignado un cuerpo físico en el que certifica que sabe que tiene que morir; ese sería el fin del ser humano, sino fuera por la Redención, hecho representado con la cadena que se une con el Cristo.
El Reinado de la muerte, por tanto, ha terminado, de ahí la representación de la corona a los pies de ella junto a la bola del mundo. Ya no reina sobre el mundo. Los libros, y el reloj simbolizan la fugacidad de la vida, las vanidades y lo efímero, elementos que no sirven para la Salvación. En antítesis, encontramos los ángeles dispuestos al pie de la escena, que nos enseñan cómo sí poder alcanzar la Salvación del alma y resucitar al Paraíso: en primer lugar, debemos recordar que, al partir de la vida terrenal, nuestra alma será pesada y únicamente contarán las obras de misericordia: por un lado se pesan los pecados capitales (gula con la granada, ira con el perro, soberbia con las plumas, etc) y por otro los actos de misericordia corporales que has realizado (dar de comer al hambriento, posada al peregrino, vestir al desnudo, etc). Por otro lado, como remedio a lo anterior, encontramos en el otro ángel la oración por los difuntos, y el símil con Santa Teresa (de ahí encontrar el bonete, como signo de ser Doctora de la Iglesia). Por último, el ángel sostiene una estrella, simbolizando la Verdad, por mucho que puedas ocultar tus pecados, al ser pesada el alma la verdad prevalece.
En la escena de la derecha encontramos al pecado (Peccatum), todo lo que es contrario a la Ley de Dios. Por ello, encontramos al búho en la escena central, que simboliza el mundo oscuro, la noche, las tinieblas; la serpiente y la manzana, simbolizando el pecado de Eva; la espada, representando el “no matarás”. Los ángeles que se encuentran al pie de la escena representan cómo el pecado buscan confundirte y buscar que te alejes de Dios, representado con la red. Por otro lado, se representa cuando el mismo Jesús sufre las tentaciones del Diablo: convertir las piedras en panes (cada elemento en un ángel diferente) o reinar sobre el mundo (representado en el manto real que porta el ángel de la derecha). Jesús fue traicionado, pero también pudo traicionar a la humanidad si hubiese aceptado el trato con Satanás, de ahí la representación con la bolsa y las monedas.