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Jerez: Capital Andaluza de las Procesiones

Cuenta un proverbio árabe que quien quiere hacer algo encuentra el medio, y quien no quiere hacer nada encuentra una excusa. 

Esta cita bien podría llevarse a gala con la flamante nueva abanderada del culto externo y las procesiones: la Ciudad de Jerez. 

Ayer se consumó la merecida victoria del municipio gaditano tras una notable ventaja frente al resto de la comunidad andaluza: la Virgen del Carmen salía esplendorosa en su paso rodeada de su fieles que la recibían en la calle entre vivas y aplausos.

Y sí, las andas llevaban ruedas y faltaba la banda, pero la estampa no difería demasiado de cualquier procesión de las Vírgenes del Carmen previa a la pandemia. 

Es más, y sean honestos: ¿No sintieron cierta envidia sana por estar allí? ¿No desearon por un momento estar en Jerez y disfrutar de esa pincelada cofrade maravillosa? 

Pues claro que sí. Y esto ocurre por dos razon es: 

– La primera es que la capital jerezana ha arrebatado el cetro de reina de las salidas procesionales a ciudades andaluzas tan importantes como Sevilla, Córdoba o Granada.

– La segunda reside en que estos mismos lugares, Sevilla, Córdoba o Granada viven en un limbo apático totalmente al margen de las situación sanitaria. 

Es por tanto una obviedad que Jerez ha metido una goleada desorbitada a las mencionadas localizaciones. 

Las autoridades civiles y religiosas de la región han jugado su carta, y por el momento van ganando la partida. 

¿Quiere decir eso que nos vamos a acostumbrar a los pasos con ruedas o las salidas sin acompañamiento musical? 

No. Rotundamente no. Lo que sugiere al triste y desconsolado cofrade es que una procesión es posible, factible y necesaria. 

No en todos lados, ojo. Servidor ya lo indicaba hace unos días con el caso de la procesión de la Virgen de los Reyes en la mañana del 15 de agosto en Sevilla. O la del Gran Poder en noviembre. O la Magna malagueña prevista para septiembre. 

Cada lugar tiene unas circunstancias concretas. Es posible que gran parte de Andalucía aún no esté preparada para que salgan a la calle “grandes devociones”. También es cierto que el avance de la pandemia es una realidad, y la quinta ola sacude con fuerza a los jóvenes y no tan jóvenes de todo el país. 

Pero al margen de estos factores, siempre se puede hacer más. Consiste sencillamente en trabajar, bien por el culto externo o bien por alternativas lo más cercanas posibles. Jerez lo hace. Huelva lo hace. Málaga está en ello. 

Por ello, el tiempo de quedarse de brazos cruzados ha pasado. Y por ello me dirijo expresamente a Sevilla, Córdoba, Jaén, Granada y Almería: Es hora de engrasar la maquinaria y “dar pasos” para ver pasos en nuestras calles lo antes posible. 

Jerez es el ejemplo y la puerta del un futuro que se parezca cada vez más al pasado procesional que tanto deseamos recuperar.