Un año más, como si nunca hubiésemos padecido el tiempo de ausencia y lejanía, Nuestra Señora de la Encarnación, la dulcísima y bellísima dolorosa de Luis Álvarez Duarte, volvió a recorrer bajo el sol de la mañana del Día de la Hispanidad, repartiendo su maravillosa fragancia por cada rincón del Barrio de Fray Albino para regar el alma de todos aquellos que salieron a su encuentro y bañarse en su hermosa mirada.
El cortejo ha discurrido por las calles Pasaje Cristo del Amor, Beato Henares, Doña Aldonza, Tenerife, Pio XII, Doble de Cepa, Ciudad de Carmona, Secunda Romana, Arrabal del Mediodía y Beato Henares. Allí ha estado nuestro compañero Antonio Poyato, para dejar testimonio del acontecimiento, a través de su incomparable objetivo.