La Velá de la discordia

El 8 de septiembre tiene un marcado carácter festivo en muchos municipios ya que es el día en el que se conmemora la Natividad de María. En nuestra ciudad se celebra el día de la Fuensanta, co-patrona de la ciudad y patrona de las cofradías cordobesas desde 1987. En el recuerdo de muchos de nosotros queda la visita a su santuario en el barrio que lleva su nombre, la historia del caimán, el paseo en algunos columpios o voladeras, el algodón dulce o la manzana con caramelo y la tradicional campanita de cerámica, que en la mayoría de los casos no duraba más de un día debido al ímpetu que poníamos en hacerla replicar. La verbena de la Fuensanta siempre ha tenido en mi recuerdo un profundo sabor a barrio, a feria de las de antes, de esas que se prodigan por numerosos pueblos de nuestra geografía donde la plaza de este ejerce de anfitriona y de lugar de encuentro, también ejerce de caseta del pueblo, donde por su sencillo escenario pasan las orquestas que animan al personal con las canciones más bailonas de la temporada.

Cuando apenas quedan 16 días para tan señalada fecha, los cordobeses vivimos un Déjâ Vu en lo que se refiere a la programación de las actividades que se desarrollarán con motivo de este día. Se repite un año más lo que viene sucediendo en la verbena de la Fuensanta desde que el signo que rige nuestra ciudad comenzó su mandato. Un mandato que prometía gobernar para y por todos los cordobeses, evidenciando día tras día que un gran número de ciudadanos no debemos ser cordobeses para ellos, pues ni pensamos, ni sentimos igual y por tanto no somos ni escuchados, ni incluidos, ni reconocidos en las actividades que se organizan.

Si tienen oportunidad de ver detenidamente el programa para la Velá, pues ya no aparece Fuensanta ni siquiera para referirse al barrio que la acoge, verán que su contenido cultural es verdaderamente alucinante. Mi crítica no va referida a que se quiera desterrar el carácter litúrgico, religioso o devocional de este día, es que directamente la convierten en una Velá con claro carácter político y con unas marcadas señas de identidad.

Será interesante ver cómo se compagina este programa con el de aquellos conciudadanos que quieren vivir las tradiciones de esta ciudad tal como ellos las vivieron o como las recordaban, muy lejos de las actividades chabacanas, rancias y sectarias que por mucho que se quieran vender como pluriculturales, solidarias y renovadoras no dejan de ser minoritarias y poco estimulantes para un gran número de cordobeses.