La Agrupación Musical SPQR de Los Romanos de Iznájar, en la provincia de Córdoba, ha dado a conocer una importante noticia de cara al próximo curso musical, en el que dos nuevas composiciones proceisonales propias se incorporarán al repertorio de la formación cordobesa.
La primera de estas piezas es «Aniversario Romano», obra de Javier Cebrero, es de corte ordinaria. En ella, según la banda, se ha pretendido reflejar la centenaria historia de la formación musical, transcurriendo en la tonalidad de Fa Mayor con acordes que describen perfectamente nuestra humilde historia en el paso del tiempo. El corte melódico que el autor ha querido transmitir con esta pieza comienza con un pasaje de sones clásicos que recuerdan a tiempos pasados en el que los toques de clarín, tambor y corneta ponían música y sonido a nuestra querida tierra.
Tras los sones clásicos se avanza a una melodía fuerte característica de las formaciones de cornetas y tambores, haciendo gala al estilo que tanto tiempo llevó por referencia y bandera nuestra agrupación. Conforme avanzan los compases, los sones se transforman en emociones y sensaciones que hacen reflexionar sobre todo lo que la banda ha vivido y queda por vivir. La conclusión de la obra se cierne sobre el protagonismo que alcanza el cuerpos de bajos, en el cual se le da un aire valiente y desgarrador en que se puede expresar la evolución instrumental de la formación, culminando con un fuerte característico de las agrupaciones musicales, en especial la forma de sentir la música para esta banda cordoobesa.
Por otra parte, Alberto González ha compuesto la marcha «El Hijo de Dios Martirizado», dedicada a Nuestro Padre Jesús Nazareno de la propia Iznájar. En palabras de la formación musical cordobesa, la composición musical es de corte lento y esta compuesta en la tonalidad de La Mayor, modulando conforme avanza la composición a su relativa, Fa Menor. Una pieza que viene a representar todo lo que conlleva la Pasión, Muerte y Resurrección de la Semana Santa, una obra que empieza con un corte serio y, a su vez, melódico que viene a representar la esperanza que Jesús trajo en su llegada a Jerusalén.
Sones musicales con fuerza que introducen a una expresión de sentimientos hacia la imagen de Jesús Nazareno. La introducción a la tonalidad de Fa Menor se aprecia con la sonoridad de la conjunción formada por la percusión y el cuerpo de bajos que ayudan a introducir a un dúo de trompeta atrevido y valiente. El final de la obra nos trae el mensaje de la valentía de Jesucristo, sirviéndose de una métrica cadencia andaluza, la cuál nos recuerda a la música y a la cultura de nuestra tierra. El autor busca reflejar la evolución experimentada por la banda y la devoción del pueblo de Iznájar hacia El hijo de Dios Martirizado.