Pedro Vicente Cabello Morales y Antonio Prieto Lucena, Directores Espirituales de la Pro-Hermandad de la Quinta Angustia, han remitido una carta a hermanos y devotos en la que animan a vivir el Quinario en honor a Nuestro Padre Jesús en su Soberano Poder, previo a la Función principal de Instituto y al Vía Crucis que se debía haber desarrollado por las calles de la feligresía de San Miguel de un modo singular. En la carta, ambos sacerdotes instan que convertir “este momento triste de preocupación en una ocasión para dar lo mejor de nosotros mismos”.
La carta recuerda pone en valor el hecho de que el “sufrimiento del virus está haciendo nacer obras de amor muy hermosas entre nosotros”, subrayando que “en esta situación de confinamiento, algunos miembros de nuestra Pro-Hermandad se están ofreciendo a sus vecinos o conocidos impedidos para hacerles las compras necesarias y para atenderles en lo que necesitan. Cada uno aporta lo que sabe o puede, hay quien está confeccionando mascarillas caseras, quien prepara comida para otros, quien está dispuesto a hacer cola en la farmacia para que no le falten a los demás los medicamentos más precisos”.
“En este momento de aislamiento -prosigue la misiva-, muchos están aprovechando para usar de manera inteligente las redes sociales y mandar mensajes de aliento, con sugerencias para hacer cosas útiles en casa, estrechar los vínculos familiares y no caer en la desesperanza”, incidiendo en que “el Coronavirus nos está haciendo ayunar de apretones de manos, de abrazos y besos, pero no podrá arrancarnos el amor que llevamos en el corazón y que podemos expresar de tantas maneras. Es el momento de poner nuestra imaginación al servicio del amor”.
Tras recordar que “debemos vivir esta situación desde la fe y la oración”, la carta hace hincapié en que “Dios no nos deja solos en medio de las calamidades. Nada escapa a su providencia. Como dice el salmo: “No temerás la peste que se desliza en las tinieblas, ni la epidemia que devasta a mediodía, porque hiciste del Señor tu refugio, tomaste al Altísimo por defensa” (Sal 91,5-6.9). Desde esta confianza en el Soberano Poder de Dios, oremos juntos por los difuntos que ya se ha cobrado esta pandemia, por los enfermos y sus cuidadores, por el personal sanitario y por nuestras autoridades civiles”, concluye el mensaje.