Portada, Sevilla

Álvaro Abril presentará este jueves los elementos que faltan del proyecto de palio concebido para María Santísima del Dulce Nombre de Bellavista

Álvaro Abril diseña el palio de la Virgen del Dulce Nombre de Bellavista

El próximo jueves, 16 de marzo, tercer día de Quinario, una vez finalizada la Santa Misa, el diseñador Álvaro Abril presentará los elementos que faltan del proyecto de palio que ha concebido para María Santísima del Dulce Nombre. Los hermanos de la Hermandad del Dulce Nombre de Bellavista, reunidos en cabildo extraordinario el 1 de julio de 2020, aprobaron el diseño presentado por la junta de gobierno de la corporación.

Un diseño que obedece a la capacidad creativa de Álvaro Abril y está marcado por un evidente estilo modernista. La obra está siendo realizada sobre tisú de oro bordado en plata y sedas. Un proyecto que, como suele ocurrir con las obras concebidas por Abril, fue explicado por él mismo:

Intenciones estéticas

Recibido el encargo de la Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Salud y Remedios y María Santísima del Dulce Nombre en sus Dolores y Compasión, radicada en la Parroquial del Dulce Nombre de María de Bellavista (Sevilla), para la ejecución de todo el conjunto procesional de su Santísima Virgen Titular, nos atuvimos desde el principio a la idea de un modelo renovador capaz de integrar la tradición estética del paso de palio hispalense con el empeño perseguido de mostrar un nuevo lenguaje en cuanto al paso de palio se refiere.

Apelamos desde los inicios al modernismo. Si bien en sus diferentes interpretaciones, este estilo universalizado desde Centro Europa y las Islas Británicas, amalgamado en diferentes movimientos era sobradamente conocido, bien por la difusión muy bien acogida de los trabajos industriales del “arts and crafts”, bien en el art nouveau que con las “esmeraldas macarenas” tuvo su entrada en el universo cofrade, el proyecto debía versar sobre el movimiento estilístico del simbolismo, practicado desde ya desde las etapas prerrafaelistas y que eran toda una declaración de intereses por nuestra parte: ¡la renovación!

Como el movimiento modernista hiciera en su día, acudiendo a otras culturas y especialmente influenciado por el orientalismo, en este diseño se han conceptualizado recursos orientales que difieren del estilo y arrojan una personalidad acusada. Hay un sincero homenaje a la manera de entender el trasunto floral de Théo van Rysselberghe, a la cartelística simbolista de Alphonse Mucha y todas las claves compositivas responden al “esteticismo” definido por Teophile Gautier en su frase “el arte por el arte”. La joyería de René Lalique tiene una presencia indiscutida como en Paul Poiret. Todo ello se codifica de la siguiente manera:

❖ Procuramos una ruptura con el lenguaje cofrade conocido
❖ Exotismo; es hora de que la ciudad creadora del palio lo reinvente.
❖ Orientalismo. Se convertirá en el primer conjunto que lo defienda.
❖ Simbolismo de aspiración didáctica. Novedosa en este lenguaje.

Al cabo, la clave compositiva se centraba en crear un conjunto procesional que huyera de los convencionales programas iconográficos sesudos y complejos, difíciles de apreciar por el devoto espectador y con una vehemente carga de referencias hagiográficas. Esta corriente instalada desde la segunda mitad del siglo XX en nuestros enseres, pasos y elementos procesionales cede su lugar a simbologías comunes, identificables con facilidad y que dejan al espectador, una libertad de sensaciones y de la interpretación de las mismas. Recuperamos con ello ese periodo esplendoroso que en la Semana Santa de la Restauración, trajo consigo un repertorio decorativo rico, iconológico y naturalista, sin necesidad de llenar los espacios con una narrativa iconográfica que requiere de vastos conocimientos para su deducción. Esas corrientes del Arts and Crafts que vinieron a definir el “romanticismo cofrade sevillano”, surge de nuevo en este proyecto, pero bajo nuevas premisas, que son las que siguen:

❖ Palio modernista fiel al clasicismo sevillano

❖ El fundamento primero de su creación es otorgarle gracilidad y conferir un conjunto etéreo.

❖ Fiel a las teorías simbolistas-modernistas, se trata de un palio sencillo y de fácil comprensión, que dualiza los mensajes no obstante para así volverse un arte sintetista.

❖ Queremos aportar algo nuevo a una Sevilla que ya lo ha creado todo.

❖ Renovación. Es un modernismo de cuño propio. Es la consecución de una personalidad inherente a la Virgen del Dulce Nombre.

❖ Tonalidad escogida en dorado y plata, alusivos a los antiguos palios sacramentales que constituye en sí, la más novedosa aportación por tratarse del primer palio configurado en esta dualidad cromática que exista en el universo cofrade. La carga simbólica del dorado para la Iglesia, responde igualmente a la misma necesidad de sintetismo simbolista. Esta dualidad de sentidos se disipa en cuanto entra en escena la “miel” del panal eucarístico con el que hacemos casar el tono.

Todo ello puede a la postre, inscribir el titular del conjunto:

El palio sagrario. Un palio simbolista.

​El estilo y lenguajes decorativos

El simbolismo encerrado en el arte modernista concibe la naturaleza como la expresión del estado del alma, difunde un paisaje subjetivo y fiel a la propuesta de Gustav Klimt, pretende “objetivar lo subjetivo en vez de subjetivar lo objetivo. Es el tiempo pues del fiel-espectador, del devoto-observador de este paso de palio, protagonista de los sentimientos individuales que le sugieran la Santísima Virgen y de los códigos que libremente perciba de sus andas procesionales. Por tanto la flor y la flora que llena el conjunto es una sucesión de metáforas, basadas en las interpretaciones clásicas de algunas de ellas. Cuatro fundamentales pululan por bambalinas y respiraderos:

El lirio/azucena:

La mujer lilial de los arquetipos femeninos recurrentes en el Modernismo tal y como en su obra “Visión” expresara el colombiano Julio Flórez.

Esta azucena, o lirio de la Anunciación, (lilium candidum) con atributos de majestad por la altura y de sus pétalos aparece en el famoso cuadro de Dante Gabriel Rossetti “Ecce Ancilla Domine” (1849-50), que usamos para dividir floralmente las bambalinas. De manera etérea, se sustituye todo elemento arquitectónico que sugiere pesadez para sugerir la ingravidez de las mismas.

La flor del ciruelo:

Es el eterno precursor de la primavera porque su floración se produce durante el invierno y resiste hasta la nueva estación. Las culturas orientales le conceden el sentido alusivo de la felicidad y el buen augurio y las connotaciones culturales que supieron aprovechar los artistas del Modernismo sugieren tenacidad, la misma del papel corredentor de la Santísima Virgen.

La rama del cerezo:

La sucesión de flores en los ciclos de la naturaleza refieren al transcurso de la vida humana. En esta ocasión la fragilidad y lo efímero de la vida, asociada al sacrificio recuerda esa otra advocación menos difundida de la Santísima Virgen, la de Dolores y Compasión.

La rosa de Bengala o rosal lunario

Todas ellas comparten una característica formal y es que han sido empleadas en el arte por su carácter etéreo y especialmente por su componente de femineidad.

Además se incluye otra señal identitaria del estilo: el vidrio opalescente del art nouveau.

Características formales del estilo empleado:

❖ Fluidez de líneas
❖ Estilización de los recursos
❖ Gracilidad de los elementos decorativos
❖ Movimiento persistente en la naturaleza
❖ Agilidad del tallo y del recurso vegetal

Inspiraciones artísticas empleadas

❖ Preconización del menorah y ángeles del sarcófago cristiano primitivo del Museo Torlonia de Roma. Es a su vez la interpretación de la corriente de agua que hizo manar Moisés de la roca, según la lectura de Filón de Alejandría en el fresco de la Sinagoga de Dura Europos de Baur.

❖ Personificaciones con la sfera mundi del Museo de Viena.

❖ Caracteres de las hojas de los dípticos consulares de la Galería de los Uffici de Florencia.

❖ Decoraciones cerámicas diseñadas por el arquitecto persa Khosja de Shiraz para los palacios de Tamerlán en Samarcanda (1404).

❖ La cartelística simbolista de Alphonse Mucha.

❖ La joyería de René Lalique, cuyas piezas estaban pensadas para acentuar las líneas sinuosas del tallo o la corola y dotarlas de una sensibilidad creativa reflejada en los respiraderos del conjunto.

❖ Arquitecturas de los cuadros de Gustave Moreau en The Armand Hammer Collection (Los Ángeles).

❖ Drapeado sinuoso de Paul Poiret en sus colecciones del MOMA.

Descripción de las partes del Palio

Bambalina:

La configuración de la misma responde al concepto clásico de palio hispalense, revisado en torno a una forma geométrica propia. Con ello, este paso de palio será identificado con rotundidad, mientras que aspiramos a transmitir la idea de la “geometría divina” gracias a su forma ovo-elipsoidal; a manera de una mandorla mística conectamos el gótico fernandino, periodo de “recatolización” de Sevilla y proceso de mayor fecundidad escultórica a la que responde la Santísima Virgen de Valme con el modernismo de cuño propio ideado para este paso. Así las cosas, esa mandorla de los tímpanos, portadas y trípticos pictóricos de la época mencionada, quedan reflejados en la apariencia que traza el soporte.

Cuatro rosetas opalescentes sirven de punto de partida para los espacios divisorios que crean y definen a los paños de las bambalinas. La guirnalda descendente de azucenas da paso a los paños propios que vienen creados desde una lacería modernista que se completa con la rosa lunaria y el lirio. En la pasamanería se intercalan esferas de cristal y en el centro de cada uno de los lados, se resguarda el único asunto iconográfico del conjunto.

Mientras que en el frontal se alude a la aspiración de la Hermandad que solicitara ya en 2013 la Coronación de la Santísima Virgen, la trasera carga con la Maternidad Divina de María, interpretada por la Virgen de los Reyes patrona de la Archidiócesis y germen de la eclosión mariana hispalense. En el costero diestro se alude a una de las grandes devociones y defensas de la mariología sevillana: la Inmaculada Concepción. El costero inverso luce el trasunto de la Asunción, fiesta litúrgica de un arraigo histórico en Sevilla.

Varal:

Dividido en tres partes, nace de un basamento acompañado por figuras femeninas aladas del que nace el capitel de loto. Ello da paso a un fuste que carga con raíces vegetales que estilizan la pieza y la dotan de un estilema propio. A continuación se sucede la parte más relevante y visible, que naciendo de un balaustre se constituye mediante un fuste elipsoidal con apariencia salomónico que no es otra cosa que la interpretación del cabello femenino. La nueva Eva es la Virgen del Dulce Nombre que impregna todos los elementos de su paso de palio con las cualidades que la mariología le aportó a lo largo de los siglos.

Hay una serie de referencia estéticas que quedan definidas por estos elementos:

❖ Cúpula bulbosa orientalista del periodo de los timúridas.
❖ Fuste elipsoidal
❖ Balaustre y loto en sustitución de la macolla.
❖ Espiras de cabello de la “nueva Eva” en el varal.

Peana:

Concebida como un manifestador que asume la idea original de este conjunto, mostrar a la Virgen como Sagrario (primero) de Cristo, parte de los planteamientos de bocel curvo ondulante del respiradero acusando una planta regular ochavada que se sustenta por cuatro patas de lacería y recursos vegetales que se hacen acompañar de una ménsula que alberga en su frontal el panal eucarístico que se codifica mediante el gran cesto de flores del que liban las abejas.

Respiradero:

Un entablamento desarrollado con flores de cerezo es roto en su perspectiva por dos domos en relieve. Bajo este bocel de mucho movimiento se acoge todo el repertorio del dibujo y la cartelística modernista. Hemos querido aludir a la tradición alfarera sevillana, recurriendo a la cerámica persa de Kashan. Se trata de una sintetización del tallo foliado, el rizo zoomórfico y el acanalamiento sasánida. Observamos cómo se dan paso sucesivamente:

Hojas escamadas
Rizo florido
Hojas de madreselva
Lacerías florales
Peinas art decó

Como quiera que en los manifiestos modernistas se dejó claro que a través de las flores se lleva a cabo una espiritualización de la materia, hemos querido proyectar el más personal de los respiraderos, puede que la pieza más fiel al Modernismo que antes se haya ejecutado para el Mundo Cofrade. Creamos 8 medias aureolas de las que penden las guirnaldas y a manera de broches para los faldones, peinas foliadas. Mientras, el crisantemo, la rosa de Bengala y la flor del cedro juegan con los recursos de la cartelística y la decoración simbolista propia de autores como Alphonse Mucha.

Jarras:

Son la creación más fantasiosa, la más despierta a la percepción del modernismo. La sinuosidad extraída de los trabajos de la cartelística afloran en torno a la pareja de figuras femeninas que sostienen la pieza. Se trata de la máxima expresión de nuestro interés por el dualismo: mientras que emparejamos a las figuras según su papel en la Historia de Israel y de la “antigua alianza” de Dios con su pueblo, de sus lados la jarra se hace acompañar por luz, mediante guardabrisas filoformes que simbolizan el nacimiento de la nueva mujer, la de la Era Cristiana. Así pues, encontramos (más que el enfrentamiento) la consecuencia que a las doce mujeres del Antiguo Testamento le persigan las doce mujeres cristianas.

Las doce figuras son Sara y Agar (Abraham), Lía y Raquel (madres de las doce tribus), Betsabé y Naamah, (mujeres de los dos grandes Reyes) Séfora y María (Moisés, testigos de la Alianza), Débora y Ana (las verdaderas profetisas) y Ana e Isabel (madre de la Virgen y madre de Juan el Bautista).

Las doce luces representan el testimonio de los mártires (o protomártires) de la persecución de Nerón del verano del año 64.

La jarra, muy estilizada, carga con esgrafiados naturales de follaje de manzano, curvas sinuosas y vidrios irisados. En actitud reflexiva y postura tenante, dos figuras femeninas. La ondulación sinuosa actúa de basa para las guardabrisas de los lados.

Candelabros de cola:

Los candelabros lucen doce luces, inseparable fórmula de la tradición hispalense. En esta ocasión, el candelabro aspira a convertirse en una alegoría basada en las “hijas de Sión” la interpretación esponsal de las relaciones de amor entre Dios e Israel. Así como las hijas de Sión interpretan la infidelidad del pueblo escogido hacia su Dios, el candelabro sobrepone a la ruptura la luz que emana la “nueva Alianza” firmada por Cristo y rubricada por la Santísima Virgen en su papel corredentor. Los doce puntos de luz con sus seis faroles pendientes y colgantes (se añaden seis fanales-guardabrisas estilizadas, arriba) nacen de las figuras de pavos reales. Son la preconización histórica de la vanidad. Como los profetas Ezequiel e Isaías utilizaron, las hijas de Sión son la imagen de la mujer infiel perdonada (Ez 16, 60) e (Is 54, 5. 7-8).

El arte de los primeros cristianos le concedió al pavo real el tributo simbólico del alma incorruptible. Consagrados a Juno, esposa de Júpiter y por tanto “reina de los dioses”, el pavo real del candelabro de cola comparte las dos grandes corrientes simbolistas de la Historia del Arte. Son por un lado fieles a la tradición Antigua: simbolizan su consagración honesta y virtuosa a la Reina de los Cielos (María, la “nueva Juno”) pero como los bestiarios medievales se encargaron de ofrecernos, entendieron en ellos que la exhibición de su fastuoso plumaje era la explicación de la soberbia y la vanidad. Esas cualidades negativas de las Hijas de Sión que sin embargo, se consagran a su esposo, quedan libres por la luz que de Cristo, hace gala María. Una conversión
El amor prometido a la hija de Sión es un amor nuevo y fiel, una magnífica esperanza que supera el abandono de la esposa infiel: «Decid a la hija de Sión: Mira que viene tu salvación; mira, su salario le acompaña, y su paga le precede. Se les llamará “Pueblo santo”, “Rescatados por el Señor”; y a ti se te llamará “Buscada”, “Ciudad no abandonada”» (Is 62, 11-12). Del NODO Alfonsino, pasa Sevilla a ser, la ciudad no abandonada de la que habla el profeta.

Iconología, que no iconografía

Más allá de la complejidad de los programas iconográficos en boga en el arte aplicado a lo cofrade de las últimas décadas nosotros abogamos por el concepto modernista de la simbología, el término de la sinestesia por el que el arte es capaz de mandar un doble sentido en un solo esfuerzo creativo. Esa sinestesia es capaz de entender la iconología suscrita a este proyecto de forma indefectible.

Como quiera que entendemos a la Santísima Virgen del Dulce Nombre en sus Dolores y Compasión como la “nueva Eva” sobre la que se construye la cristología y de la que nace nuestra fe, jarras y candelabros del conjunto no hacen otra cosa que yuxtaponer a las mujeres del Antiguo Testamento que propugnaron y encomiaron a la “mujer de la nueva Alianza”, a la figura de María, primer sagrario de Cristo.

El ciclo iconológico

❖ Las doce mujeres del Antiguo Testamento & las doce cristianas.
❖ Las hijas de Sión, transmutadas en la Nueva Alianza. El nuevo NODO.
❖ Las cuatro escenas de la glorificación de María, de su Magníficat.
❖ La Santísima Virgen de Valme.

Todo es una yuxtaposición, todo obedece a la sinestesia simbolista:

❖ Frente a las mujeres del Antiguo Testamento, las primeras cristianas, algunas de ellas mártires, como las de Lyon, Cartago, Alejandría, Tesalónica, Mérida o Roma ().

❖ Frente a las hijas de Sión, la luz de Cristo y el pacto de la nueva Alianza.

❖ Frente a la consagración a Juno, reina de Dioses, la consagración, a la Virgen, Reina de la Creación.

Jarras: 12 mujeres del A.T. // La luz de las doce cristianas
Candelabros: La Vieja y Nueva Alianza. La vieja y nueva fe.

En este palio rezuma el espíritu modernista. Han sido fielmente tomadas en cuenta las frases de la tratadística del estilo que nosotros ponemos aquí como resumen del corpus creativo:

“El simbolismo pretende dar forma al sueño” (Roger Marx).
“El arte rompe con la tradición” (Aurora Fernández Polanco).
“Salvar la cultura humanística occidental” (Jean Clair).
“El simbolismo espiritualiza el arte y lo convierte en religión (Arthur Symons).
“Creemos el evangelio de la belleza” (John Ruskin).
“La sinestesia cofrade” o una nueva percepción del palio (DRJM).

Un arte

a) Idealista, para lo que su único ideal será la expresión de la idea.
b) Simbolista, para lo que expresará esta idea por medio de formas.
c) Sintetista, expresado de forma comprensible.
d) Subjetivista, que entiende la pieza como un signo.
e) Decorativista.
(Remy de Gourmont; Livre des masques,1896).

Sara (Gen.12,7) y Agar (Gen.16,1), primera y segunda esposa de Abraham, primero de los Patriarcas.

Lía y Raquel (Gen, 29,15), las dos esposas de Jacob, madres de sus doce hijos. Progenitoras de las doce tribus de Israel, de donde proviene María y por supuesto Cristo.

Betsabé (esposa de David y madre de Salomón), y Naamah, la esposa de Salomón y la única que le dio heredero. Por ella, prohíbe Dios a Moisés que los israelitas hagan la guerra al pueblo amonita, ya que Naamah lo era. ( Reyes 14:21 y 2 Crónicas 12:13).

Séfora (Ex.2, 21), la esposa de Moisés y María (Ex.15,20), hermana de Moisés y Aaron, que entonó su cántico tras el paso del Mar Rojo. Testigos ambas de la “vieja alianza de Dios con su pueblo”.

Débora y Ana las verdaderas profetisas de las cinco que menciona la Biblia. Ana “hablaba del Niño a todos los que esperaban la Redención” (Lucas, 2,38).

Álvaro Abril

El artista, nacido en granada, es Licenciado en Bellas Artes. Por toda Andalucía gran número de Hermandades se han puesto en manos de este diseñador de pasos, orfebrería, y bordados, realizador de carteles, vestidor de vírgenes, escultor y pintor, y no acaban ahí los intereses de Abril, ni su obra. Poco podía suponer el niño de trece años que, acompañado de su abuela, entró en la iglesia del pueblo de su padre, Cogollos de la Vega, y empezó a dar directrices a las mujeres que vestían a las vírgenes de la localidad, para la Semana Santa de 2003, que allí había nacido una carrera fructífera, que poca comparación posible tiene dada la juventud y la obra realizada hasta ahora por el artista cofrade.

Álvaro Abril, a pesar de su licenciatura en Bellas Artes, se considera un artista autodidacta. No obtuvo, según el propio Abril nuevos conocimientos, fuera de distintas técnicas, en la facultad granadina de Bellas Artes. Ésta como todas las de España da prioridad absoluta a eso que se llama expresión moderna del Arte, que poco o nada tiene que ver con la Semana Santa. Su paso pues por aquella casa no significo un antes y un después en su manera de entender lo que es la esencia del universo cofrade.

Podemos destacar el trabajo artístico -desde distintas disciplinas, desde la de diseñador hasta la de vestidor- de Álvaro Abril en Hermandades como la Macarena o la Redención de Sevilla, el Perdón o el Huerto de Córdoba, la Redención o la Alhambra de Granada, el Nazareno de Andújar… entre muchísimas otras que, de señalar, quedaría una lista interminable de Cofradías que han apostado por el buen hacer del artista nazarí.