Cuando el advenimiento de la Cuaresma comienza a respirarse en el alma de miles de cofrades, por toda Sevilla, se incrementa de manera exponencial el ritmo de los cultos y los acontecimientos en los que el sevillano se encuentra cara a cara con Dios. Así ha ocurrido en las últimas horas en dos dos núcleos esenciales de la religiosidad popular de la ciudad de San Fernando, San Lorenzo y la Capilla de Nuestra Señora de los Ángeles.
En la calle Recaredo con motivo del tradicional besapiés del Santísimo Cristo de la Fundación; y en San Lorenzo por la confluencia de dos acontecimientos que cada año provoca riadas de devotos que peregrinan ante Dios y su Bendita Madre, el Besamanos de Nuestro Padre Jesús del Dulce Nombre y el de María Santísima de la Soledad. Momentos únicos e irrepetibles que propician siempre escenas imposibles de explicar si no es a través de la mirada de nuestro compañero Benito Álvarez. No pierdan detalle.