La iglesia Conventual del Santa Ángel ha sido escenario de la bendición de un nuevo manto para Nuestra Señora de la Paz y Esperanza. Sí una pieza diseñada y realizada por Rafael Jódar que debió lucir la dolorosa de Juan Martínez Cerrillo en el triduo extraordinario celebrado en la Santa Iglesia Catedral con motivo de su coronación pontificia del pasado mes de octubre pero que ha tenido que esperar hasta ahora para ver la luz. El manto, diseñado a juego con la saya del grupo de devotos de la Paloma de Capuchinos, ofrendada con motivo de la Coronación, ha sido un regalo de la Familia Fernández Poyatos.
El manto, bordado en plata fina se compone de una filacteria perimetral que lo rodea en la totalidad de su contorno, y que se va entrelazando con ramas de olivo y rosas sin espinas, en alusión a la advocación de la Paz y al milagro de san Francisco en la Porciúncula, respectivamente. Esa filacteria se une en la cola con distintos roleos, al igual que en las vistas, donde se deja espacio para unas cartelas que albergan los escudos del papa Francisco y del obispo de Córdoba, Demetrio Fernández González.
Las azucenas, alusivas a la pureza de la Virgen, y las ramas de olivo son los principales motivos ornamentales que se encuentran presentes en las vistas de este manto. La parte trasera está presidida por el escudo de la ciudad de Córdoba, como guiño al lema de la coronación: “Córdoba, corona de la Paz”, y está salpicada de ramilletes de olivo unidos por lazos dispuestos de forma armónica. Una magnífica pieza que ya forma parte del patrimonio material de la Corporación capuchina.