La cordobesa Hermandad del Perdón está plenamente embarcada en el ilusionante proyecto de los nuevos respiraderos del paso de palio de la Virgen del Rocío y Lágrimas.
Unos respiraderos que se continúan desarrollando de la mano del orfebre Jesús Iglesias, siendo uno de los grandes proyectos patrimoniales de la Córdoba Cofrade contemporánea. Una brillante y delicada ejecución que el propio Iglesias va desvelando paulatinamente, para satisfacción de los ilusionados hermanos de la corporación de la Judería, y que de cuando en cuando asomamos a la ventana de Gente de Paz en aras de multiplicar la lógica expectación ante la materialización de un proyecto único que paso a paso estamos viendo crecer ante nuestros ojos.
Un singular diseño, concebido por el artista granadino Álvaro Abril Vela, que fue aprobado por unanimidad por los hermanos de la corporación de la Judería el 24 de abril de 2015 del que bebe el proyecto que la cofradía que preside Fernando Castro ha ido desarrollando desde entonces y cuya evolución viene materializándose paulatinamente cada Miércoles Santo desde entonces. Un diseño con una acusada personalidad estética, dotado de elementos patrimoniales que guiñan al pasado histórico de la ciudad pero que buscan un lenguaje antes no empleado en los elementos de diseño que lo conforman.
Si bien hasta ahora los estrenos más relevantes del espectacular altar itinerante de la Reina de San Roque han tenido como objetivo el palio, en concreto las bambalinas, que van consolidándose paulatinamente, actualmente el orfebre Jesús Iglesias se encuentra trabajando, con plena intensidad en la ejecución de los respiraderos. Piezas magníficas que forman parte esencial del conjunto que van tomando forma en el taller del orfebre. Cabe recordar que la disposición formal de los elementos del paso de palio fueron desde el principio esbozados en torno a un periodo concreto de la ejecución de la inmortal Gran Mezquita, partiendo del periodo histórico de Abd-al-Rahman I, el primer emir independiente. En el dibujo, hay una pretensión por el equilibrio compositivo volumétrico tal y como se observa en las arcadas de las naves de oración del siglo VIII y partiendo de este hecho revelador para la Historia del Arte en general, se abunda en procesos constructivos de amplia influencia decorativa y reconocida valía estética con los que podamos establecer una personalidad acuciante en este paso de palio sin olvidar toda la carga iconológica que encierra.
Respecto al respiradero, la pieza se compone de la cornisa o baquetón, que toma las perspectivas especiales del desglose del capitel de pencas de las columnas adosadas del tiempo de Al-Hakam II. Como continuación de las líneas trazadas en el baquetón, la propuesta de orfebrería se desarrolla en torno a una labor de mocárabe cuyas líneas se quiebran por la adopción de doseles en las esquinas que buscan la ruptura de las formas horizontales con quiebros verticales a fin de dinamizar la línea estética. Los mocárabes aquí se emplean como prismas yuxtapuestos y colgantes que además dan paso a los doseles de los laterales. El empleo de los mismos tiene una profunda carga desde la perspectiva iconológica.
Por su parte, el friso final es una interpretación del friso de teselas que enmarcan al arco califal de acceso a la Cámara de las Limosnas. La carga emocional y alegórica es evidente, pues al igual que en este espacio de la Aljama se guardaba las limosnas de los fieles para atender las necesidades del pueblo cordobés, la Hermandad del Perdón tiene igualmente presentes las necesidades de la sociedad cordobesa y las hace visibles en las alegorías de su paso de palio. Al fin, la orfebrería vuelve a recuperar su lugar para disponer espacios volumétricos de mocárabes junto a merlones invertidos, piezas que en ambos caso, cobran sentido en el capítulo iconológico. La turquesa del friso del respiradero, encarna en este paso de un lado, el misterio Salvífico de Cristo y a la postre, su tonalidad hace referencia a los colores azules propios de los dogmas marianos y de la tonalidad iconológica de María Inmaculada.
El conjunto, ya en fase de bordado, se verá culminado por la capilla frontal, concebida como la evolución estructural de la bóveda de los maestros mosaístas de la nave del Mihrab del periodo constructivo de Al-Hakam II, seccionando la cúpula gallonada para imprimirle un juego de contraluces que moldeen la sensación vertiginosa de movimiento a esta zona central del respiradero. De igual forma, esta pieza central se configura en torno a un andén de arcos polilobulados para el alojamiento del programa iconográfico. El espacio central ha sido diseñado empleando las referencias el llamado segundo estilo califal para la decoración de los tableros de mármol. Se escoge este movimiento decorativo para otorgar los contrastes de volúmenes en relación al baquetón y las capillas, con el empleo de una vegetación estilizada de largos tallos y tendencia realista. Elementos todos ellos que subliman el conjunto para conformar un anhelo que poco a poco se va materializando en las manos de Jesús Iglesias, para deleite de los hermanos del Perdón y de todos los cofrades de Córdoba que sienten que el sueño se encuentra cada vez más cerca de ser culminado.