La ciudad de San Rafael ha podido recuperar sus procesiones tanto con costaleros como con acompañamiento musical
Este 18 de septiembre quedará grabado a fuego en la ciudad de Córdoba amén de la recuperación de algo tan arraigado en la ciudad califal como lo son sus hermandades. Una jornada histórica para la ciudad de San Rafael, que por fin ha podido recuperar sus procesiones tanto con costaleros como con acompañamiento musical.
El Redil Eucarístico de la Divina Pastora de Capuchinos volvía a pisar sus calles de la mano de la veneradísima imagen mariana. A las 19:30h la corporación cordobesa ponía su cruz de guía en la calle, ante una calurosa acogida del público asistente, que explotó de emoción y fervor hacia la Divina Pastora cuando hizo acto de presencia al salir a la calle entre vítores y al son del Himno Nacional. Posteriormente, sonaba la marcha «El Cielo de Capuchinos», compuesta por Jesús Joaquín Espinosa de los Monteros, y dedicada a Fray Ricardo de Córdoba. Acompañaba musicalmente la Banda de Música de la Esperanza de la propia capital cordobesa, que ha demostrado, una vez más, el buen nivel interpretativo al que se encuentra. Previamente, el alcalde de Córdoba, José María Bellido, había tocado el martillo en la primera levantá de la Divina Pastora.
Parecía que no hubiera pasado el tiempo en Capuchinos, toda vez que la Divina Pastora caminaba con una elegancia y un gracejo impropio de una cuadrilla de costaleros sin ensayo alguno, con la premura vivida en la situación acaecida durante los últimos días. Sin embargo, la ilusión todo lo ha podido para los costaleros del Redil, que han dado verdadera catequesis de fe bajo las trabajaderas.
Posteriormente, la comitiva, que contaba con representaciones de algunas hermandades de Gloria, y la presidencia del alcalde de la ciudad, José María Bellido y la teniente de alcalde delegada de promoción y casco histórico Marian Aguilar, enfilaba las Conde de Torres Cabrera, San Zoilo, San Miguel, San Álvaro, José Cruz Conde, Manuel de Sandoval, Caño, Manuel María de Arjona, Osario, Plaza de Colón, Jardines de la Merced, Conde de Torres Cabrera y Plaza de Capuchinos, arropada por los fieles que acudieron a deleitarse con la dulzura de la imagen mariana, que además de ser numerosos, respetaban las distancias de seguridad y el uso de mascarillas. A destacar el paso por el Colegio de la Divina Pastora, donde unos niños entonaron unos emocionantes rezos para la Virgen de sus inocentes corazones.
Se percibió en todo momento una sensación de alegría y de, por qué no decirlo, alivio al comprobar que, por fin, la Córdoba cofrade recuperaba algo que quizá nunca debió perder, o al menos no durante tanto tiempo: el culto público.
Así, tras el beneplácito por parte del Ayuntamiento cordobés, que se ha mantenido en coherencia con su línea de actuación mediante la cual las salidas procesionales se autorizan siempre y cuando la ciudad califal se encuentre en nivel 1 o 2 de alerta sanitaria, y amén del cumplimiento de las recomendaciones sanitarias por la cofradía solicitante, las hermandades cordobesas han podido volver a las calles y al culto público. Todo ello siguiendo la línea que la Junta de Andalucía ha marcado para la celebración de salidas procesionales. Córdoba recuperó sus procesiones.
Al otro lado del puente el corazón cofrade volvía a retomar el pulso en torno a las 21:30h, cuando la cofradía cordobesa plantaba su cruz de guía en las calles del abarrotado Campo de la Verdad, que estallaba en júbilo ante la dulce y esperada presencia de la Virgen el Rayo al pisar sus calles. Sonaba la Banda de Música de la Estrella, estrenándose tras la imagen letífica, que dio muestras inequívocas de que la línea ascendente que venía experimentando antes de la pandemia no ha sufrido alteración alguna tras esta dura época para todas las formaciones musicales.
La imagen procesionaba bellísima, vestida por Antonio Villar, sobre unas parihuelas, toda vez que la corporación consideraba insuficiente el tiempo desde que se obtuvo la luz verde por parte de las autoridades correspondientes para organizar la salida procesional con cuadrilla de costaleros.
El cortejo enfilaba posteriormente el paseo Cristo del Descendimiento, Acera de Granada, Batalla de los Piconeros, Infante Don Juan Manuel, Obispo Rojas Sandoval, Fray Pedro de Córdoba, Pío XII, Tenerife, Doña Aldonza, Beato Henares, El Adalid, Fray Pedro de Córdoba, Virgen del Rayo, Avda. de la Diputación, Acera de Granada y Paseo del Descendimiento. La llegada a su sede canónica se producía en torno a 00:30h. Un recorrido que propiciado un gran número de instantes íntimos para almacenar en la memoria colectiva de los hermanos del Descendimiento, de los devotos de la Virgen del Rayo y los cofrades cordobeses.
A destacar, el transitar de la imagen letífica por su calle, la calle Virgen del Rayo, donde se ha vivido un emotivo momento, amén de la interpretación de una sevillana en su honor.
Una cita histórica que quedará grabada a fuego en el imaginario colectivo de la cofradía del Viernes Santo por partida doble. En primer lugar, por salir a la calle devolviendo, así, el culto público a la ciudad de San Rafael tras la crisis pandémica. Por otro lado, por tratarse de la primera vez que la Virgen del Rayo salía en procesión por las calles cordobesas como titular de la Hermandad del Descendimiento.
Las hermandades cordobesas, abanderadas por la Divina Pastora de Capuchinos y el Descendimiento, han podido retornar a las calles y al culto público. Todo ello siguiendo la línea que la Junta de Andalucía ha marcado para la celebración de salidas procesionales. Córdoba recuperó sus procesiones.