Avanza con paso firme la Cuaresma como los cortejos bien llevados, como los pasos que andan por derecho, camino de la mañana en que Córdoba estrena sonrisa, mientras los cultos se multiplican sin solución de continuidad y los cofrades peregrinan por los templos descontando las jornadas mirando de reojo las puertas de San Lorenzo. Como nuestro compañero Antonio Poyato, cuya mirada se hizo presente en Santiago para ser testigo del magnífico altar efímero habilitado por la Hermandad de las Penas de Santiago, en San Cayetano para atesorar la renovada belleza de Jesús Caído o San Basilio para reflejar la serena majestuosidad del Nazareno del Alcázar Viejo y hacer partícipe a la Córdoba Cofrade de que todo está a punto de comenzar.