Todo era bullicio en el templo onubense de la Purísima. La Hermandad del Nazareno aguardaba con impaciencia la hora marcada para comenzar el día en el que sueño se cumpliera. A las 19:00 horas, el palio hizo su primera levantá del día, una primera levantá que la llevaría a ponerse cara a cara con su Hijo, el Nazareno, el Señor de Huelva. Quince minutos más tarde, cruzaría el dintel de la puerta lateral de la parroquia para encontrarse con todos aquellos que la esperaban bajo un sol de justicia. La salve sonó en los primeros metros del recorrido a cargo de la Coral y Orquesta de la Coronación, dirigida por Sergio Lazo y formado por 80 voces y 25 instrumentos.
Una vez la Dolorosa se adentró en el pasillo central que la llevaría al altar de coronación, situado en La Placeta, ha tomado la palabra, D. Longibos Abengózar Muñoz, Capellán de la Hermandad de La Esperanza de Huelva, quien ha comenzado diciendo: «¡qué pena que la estéis viendo de espaldas, porque le está dando el sol en la cara. Qué fotografía!», a la vez que la Amargura subía la rampa del altar efímero. Cuando la Virgen ya había sido posada, ha pedido «un aplauso para Madre, que nos está mirando» que ha sido correspondido por todos los presentes en la avenida Plus Ultra. Ha afirmado que con las coronaciones «la Iglesia corona a las madres, las gestantes, las que gestaron, las que ya no están, pues gracias a ellas vivimos, pero sobre todo le debemos nuestra fe». Ha recordado los padrinos de la Coronación, la Hermandad de la Virgen de la Cinta y el Excelentísimo Ayuntamiento de Huelva, encabezado por su recién nombrada alcaldesa, Pilar Miranda. Ha tenido un bonito recuerdo para D. Diego Capado, antiguo párroco de la Purísima Concepción, «para que Ella, Madre, le ayude y le dé luz en sus ojos».
La Solemne Eucaristía daba comienzo unos minutos más tarde de lo que estaba previsto, pero con una solemnidad asombrosa y una organización impecable. En la ceremonia han estado presentes, acompañando al Hermano Mayor de la Cofradía de la Madrugá de Huelva, Marcos de la Corte, los hermanos mayores de las hermandades de La Esperanza de Huelva, y las sevillanas del Silencio y de la Amargura, así como miembros del nuevo equipo de gobierno del ayuntamiento de Huelva, varios ex alcaldes, una amplia representación civil y militar, y las hermandades de penitencia y letíficas de la ciudad.
Santiago Gómez Sierra, en la homilía, ha recordado que «el amor a la Madre de Dios ha sido distintivo de los católicos, especialmente en nuestra tierra». «Que la fe parte de la encarnación de Cristo» y que «María es la parte más selecta de la Iglesia. Su esencia más íntima. Que hay que buscarla en su mística unión con Cristo. María en su vida terrenal fue la perfecta figura de discípulo de Jesús. En Ella encontramos la perfecta imitación de Cristo». Ha explicado el significado de una Coronación y que la verdadera joya de su corona «son sus hijos, todos los bautizados, junto a la gra obra social de la Hermandad, el trabajo con jóvenes en peligro de exclusión de algunos barrios de Huelva, bajo el lema -Educar para aprender-«.
Tras la emotiva homilía en la que también dió pinceladas de la historia de la Hermandad, se leyó el Decreto de Coronación. Acto seguido, la corona ha sido bendecida en presencia de los padrinos y colocada sobre las sienes de la Virgen en manos del Obispo en compañía del maestro de ceremonias. Un largo aplauso rompió el silencio tan asombroso de la avenida. La orquesta ha amenizado la totalidad del evento interpretando el Himno de la Coronación Canónica con letra de Rafael Lopera y música de Frissina.
Una vez concluida la Eucaristía, los abrazos y lágrimas de emoción se adueñaron de aquellos que tienen en la Amargura a su Madre del Cielo, pues cada uno de ellos, son parte de este gran día. Da igual donde estuvieran situados en este día. Era el momento de encuentros con la Virgen, como el vivido por Pilar Miranda, alcaldesa de Huelva, quien delante del paso tras el momento de la foto institucional ha afirmado que «la Amargura forma parte de mi vida. Hoy he venido como hermana,como alcaldesa y onubense».
El cortejo se iba formando poco a poco entre la parroquia y el altar de La Placeta. La Virgen comenzó a bajar la rampa para iniciar la Procesión Triunfal a los sones de la marcha «Corona de Amargura», interpretada por la Banda de Música de Nuestra Señora de las Mercedes de Bollullos Par del Condado, que lleva más de cuatro décadas acompañado a la Virgen. Recorrió gran parte del pasillo central que la llevaría hasta su parroquia con la marcha «Coronación de La Macarena». En la puerta de La Purísima aguardaba el cuerpo de acólitos, con 12 ciriales, junto a un nutrido grupo de monaguillos dando comienzo a una esplendorosa procesión triunfal que sería el colofón perfecto para una jornada para la historia de Huelva.
El recorrido tuvo momentos destacados, como el vivido en el Ayuntamiento o ante las hermanas de la cruz, donde las que oran a diario por nosotros se postraron ante la Madre del Nazareno. Emotiva la visita de la Amargura a la Esperanza, donde el paso entró hasta la capilla de la Dolorosa del Miércoles Santo.Otros momentos emotivos se vivieron en la calle Vázquez López donde Cantares de Huelva ofrendó a la Virgen con unas sevillanas escritas para este día tan especial y en la calle Rascón, donde el paso giró hacia la Casa Hermandad y el cielo estalló en fuegos artificiales. Con una hora y poco de retraso, María Santísima de la Amargura Coronada hizo su entrada de nuevo en la parroquia de la Purísima Concepción tras una procesión esplendorosa que quedará para siempre en el recuerdo de todos los que la han vivido.