La Virgen de la Salvación aparece ataviada para este mes de los difuntos como manda la tradición. Acompañando al crucificado de Ánimas en su retablo, la dolorosa es de candelero, siendo obra de Cristóbal Ramos, quien la ejecutaría en 1772. Una autoría descubierta por casualidad, ya que mientras la restauraba Miñarro, tras haber sido dañada por un incendio intencionado de un hombre que arrojó gasolina sobre ella y le prendió fuego, este halló en su interior un manuscrito con su autoría.
Galerias, Sevilla
De luto por la judería

Virgen de la Salvación, de San Bartolomé. Fotos: Andrés González