El Ayuntamiento de Sevilla continúa con su afán de recordar mediante audiovisuales algunos hechos esenciales de la historia de la ciudad que se hallan profundamente enraizados en la memoria colectiva de los sevillanos. En esta ocasión ha querido recordar el Voto a la Virgen de la Hiniesta Gloriosa, gracias al cual, en palabras del alcalde, José Luis Sanz, el Consistorio quedó unido para siempre a la Hermandad de la Hiniesta.
Ante la devoción de la ciudad por la Virgen de la Hiniesta Gloriosa el clérigo Francisco Lorenzo de Vela y Rosales (1654-1713) publicó en 1688 un discurso sobre la historia de la Virgen hasta que fue encontrada en Cataluña en el siglo XIV.
Según la leyenda el apóstol Santiago el Mayor habría llegado a España a predicar instaurando la Iglesia en Sevilla y colocando a su cargo a su discípulo Pío. Pío hizo una imagen la Virgen que colocó en la iglesia de Santa Jerusalén, creada en el año 38. Esa iglesia habría estado situada cerca de la puerta de Córdoba.
Con la invasión de los vándalos en el siglo v esta Virgen se escondió en una casa junto a la antigua muralla y el antiguo templo se abandonó. Tras este suceso se construyó una nueva iglesia en ese lugar, que también fue llamada de Santa Jerusalén. En la invasión musulmana del 711 la Virgen fue llevada al norte de España y fue escondida en un lugar de los montes de Cataluña.
Sobre el hallazgo se ha escrito, con mayor o menor detalle, la misma historia por parte de los cronistas de Sevilla desde el siglo XVI. En el siglo XIV, en Cataluña, el caballero mosén Per de Tous encontró la imagen mientras estaba cazando dentro de un matorral de hiniesta con una inscripción que, según el historiador del siglo XVII Diego Ortiz de Zúñiga.
La Virgen sería llevada a Sevilla y colocada en la iglesia de San Julián, que se encontraba cerca de la puerta de Córdoba. En 1407 Per de Tous construyó una capilla a la Virgen de la Hiniesta en la cabecera de la nave del evangelio de la iglesia de San Julián. Según la leyenda, el infante Fernando de Antequera era devoto de esta Virgen y durmió en su capilla la noche del 7 de septiembre de 1407.
Cuentan las crónicas que la imagen salió en procesión de rogativas en 1580 por la sequía, en 1582 por la epidemia de peste, en 1588 para procurar el éxito de la Armada Invencible y en 1649 por la epidemia de peste.
En la procesión de 1649 el Ayuntamiento dispuso que, de manera perpetua, el 8 de septiembre se celebraría una función votiva de acción de gracias con representación del Ayuntamiento. Al desaparecer la Hermandad este voto municipal cayó en desuso, retomándose en 1941 y se ha mantenido hasta la actualidad.
En 1959 el papa Juan XXIII le otorgó la corona canónica. Fue coronada canónicamente en la Catedral por el arzobispo José María Bueno Monreal en 1974 y de regreso al templo el Ayuntamiento le dio un bastón de mando nombrándola alcaldesa honoraria y perpetua de Sevilla.
En la víspera de la celebración del Corpus Christi esta virgen procesiona hasta un altar de la Plaza San Francisco y el Cristo de la Hermandad de la Sagrada Cena lo hace hasta un altar que se sitúa en el Palacio Arzobispal.