Portada, Sevilla

El Calvario restaurará la saya burdeos de Juan Manuel Rodríguez Ojeda

Una de las labores fundamentales que ha de desempeñar una Junta de Gobierno es la de preservar el caudal heredado de manera que pase intacto de generación en generación. Ello implica implementar medidas orientadas a la conservación del patrimonio de la Hermandad y en ocasiones abordar la restauración de algunas de las piezas que conforman cuando se han visto afectadas por el devenir de los tiempos.

Es el caso de la Hermandad sevillana de El Calvario que acaba de suscribir con el Taller de Bordados Elena Caro el contrato para la restauración tanto de la saya de Juan Manuel Rodríguez Ojeda como como el estandarte. La saya burdeos, es una joya de Juan Manuel Rodríguez Ojeda, fechada en 1899, bordada en oro fino sobre terciopelo burdeos, que pasa por ser una de las señas de identidad de la escenografía de la bellísima dolorosa de la Cofradía de la madrugada.

La pieza es anterior al impresionante altar itinerante de la Virgen de la Presentación, nacido también de las manos del genio. El palio de Ntra. Señora de la Presentación se estrenó el Viernes Santo de 1916, después de que, un incendio acaecido en la capilla de la Hermandad –en el que quedó destruido el manto de la Virgen- promoviese una renovación de los bordados de la Virgen. Tanto palio como manto y faldones fueron encargados al bordador Juan Manuel Rodríguez Ojeda. En aquel incendio quedó indemne en la saya que ahora será objeto de una restauración orientada a recuperar todo su esplendor.

Respecto al estandarte, originalmente se trataba de una bandera en cuyo centro se emplazaba, dibujado o bordado, el escudo de la corporación. Procesionaba recogida y anudada en su mediación, por lo que evolucionó hacia el estandarte o “bacalao” como popularmente se conoce. Está realizado en terciopelo rojo-grana. Fue confeccionado por Cayetano González y bordado en el taller de Carrasquilla en 1963. En 1992, el escudo se pasó a nuevo terciopelo en el taller de los sobrinos de Esperanza Elena Caro. Destacamos la cruz de plata que remata el estandarte, en cuya cruceta se encuentra a modo de cartela con cuatro rayos, el escudo de la Hermandad.