La Junta de Gobierno de la Hermandad del Cister ha anunciado que en la tarde-noche de este lunes se ha procedido a la firma del contrato para la terminación del dorado del Paso de Misterio de Ntro. Padre Jesús de la Sangre y de la Peana de Carrete de Ntra. Sra. Reina de los Ángeles en sus Misterios Gozosos, trabajo que será realizado por Rafael Barón y que esté previsto que concluya en 2025.
Cabe recordar que el altar itinerante de Nuestro Padre Jesús de la Sangre estrenó el dorado del respiradero frontal en el año 2017, estrenando al año siguiente el dorado del respiradero trasero. Para afrontar la culminación de la empresa, que se vio detenida durante la pandemia, la corporación prevé que en 2024 el paso muestre dorada la mitad de cada costero que se terminará en 2025. Todo ello, como el resto de la ejecución, realizado en oro fino de 23 tres cuartos quilates y alternando zonas brillo y mate.
Nuestro Padre Jesús de la Sangre, obra de Antonio Eslava Rubio, fue bendecido el día 12 de marzo de 1978. En el año 1988 llegan a Córdoba las imágenes que completarían el paso de misterio de Nuestro Padre Jesús de la Sangre, aunque aún faltarían diez años para que pudiesen procesionar por las calles de nuestra ciudad. Algunos retrasos en el tallado del canasto del paso de misterio hicieron que el estreno del mismo se retrasase hasta el Martes Santo del año 1997 en el que al fin Nuestro Padre Jesús de la Sangre comparecía en la Carrera Oficial.
En el paso de misterio el Señor es presentado de pie ante el pueblo. La escena narra el momento en que Pilatos, junto a Jesús y Barrabás, consulta al gentío sobre cuál de los dos debe ser liberado en Pascua. Un total de siete son las figuras que componen el misterio, todas ellas, a excepción del Señor, obras del jerezano Francisco Pinto Barraquero. Tras Jesús, están dos romanos caracterizados con corazas y faldellín corto, uno de ellos sostiene la cuerda con la que es amarrado el propio Barrabás, que mira atentamente a Jesús. Detrás de ellos se halla Pilatos, señalando al Señor, en actitud de preguntar al pueblo. La escena es completada con un tercer romano y Claudia Prócula, esposa de Pilatos.
Pese a ser una imagen de vestir está tallada por completo. De pie, maniatado, se caracteriza por su gran expresividad. Gira levemente la cabeza a la derecha, a la vez que la agacha, en actitud sumisa ante la respuesta del gentío. La sangre resalta enormemente en su moreno rostro, resbalando de manera uniforme por su frente. Un rostro de rasgos muy marcados, caso de los enrojecidos pómulos o el entrecejo fruncido. Sus cabellos son ondulados y su barba poblada, que envuelve y enmarca sus labios entreabiertos.