Una fuerte polémica sacude a la Cádiz cofrade a raíz de la decisión del Consejo local de Hermandades de prohibir las petaladas en el itinerario común que conforma la Carrera Oficial. Una prohibición que conlleva la amenaza de sanción en caso de incumplimiento en base al Reglamento Interno del Consejo que prevé la retirada de un porcentaje del dinero que le corresponda a la hermandad por la subvención del Ayuntamiento o por la recaudación de las sillas. Una amenaza llamativa porque difícilmente podrá culparse a una hermandad de una petalada cuya iniciativa provenga de un grupo de particulares por lo que está por ver cómo se aplica en el caso de que se produzcan.
La razón esgrimida por el consejo estriba en el convencimiento de los pétalos que quedan en el suelo, especialmente numerosos en el caso de ciertas cofradías como la del Nazareno del Amor –en el tramo que va desde el final de la calle Pelota hasta la plaza de la Catedral-, molestan el normal desarrollo de las cofradías que vienen detrás, provocando “resbalones”. Una explicación que no ha sido entendida por un importante sector de cofrades gaditanos que han recibido la noticia con estupor e indignación.
La prohibición fue trasladada por el Consejo en el transcurso del pleno de penitencia que tuvo lugar este lunes en el que también se recordó que las cofradías serían sancionadas si se retrasan de forma injustificada provocando retrasos en las corporaciones que vienen detrás. Además se trasladó el protocolo establecido de estancia en la Catedral en caso de incidencias de cualquier índole con especial énfasis en el caso de inclemencias meteorológicas.