Córdoba, Portada

El Cristo de la Confianza de Ciudad Jardín procesionará sobre un paso que será realizado por los Hermanos Valverde

La Fraternidad parroquial del Santísimo Sacramento y del Santísimo Cristo de la Confianza, cuya sede se encuentra en la Parroquia de la Inmaculada Concepción y San Alberto Magno de Ciudad Jardín, sigue avanzando poco a poco, pero con caminar firme y decidido con el objetivo de materializar los ilusionantes proyectos planteados. Bajo este prisma, la Junta de Gobierno ha aprobado la proyección del que será el paso del Santísimo Cristo de la Confianza, cuyo diseño correrá a cargo de Mariano y Manuel Valverde. Este último, además, será quien llevará a cabo la ejecución de ebanistería y talla. Un espectacular proyecto que se convierte, de este modo, en el gran objetivo patrimonial a corto y medio plazo de la joven corporación cordobesa.

Los hermanos Valverde con su padre y maestro Andrés

Mariano y Manolo Valverde, nacidos en Córdoba en 1968 y 1970 respectivamente, son los herederos de Andrés Valverde Luján, conocido artesano en el mundo cofrade. Ambos, iniciados en distintos aspectos del taller de su padre, se crían en un ambiente caracterizado por el noble arte del diseño y la talla. Junto a su padre, Mariano realizan los diseños del paso de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santísimo Cristo de la Misericordia o el del Santo Sepulcro de Montoro.

Del mismo modo, Manuel hace lo propio en materia de talla con el paso de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santísimo Cristo de la Caridad o Santísimo Cristo de la Misericordia. Ya, de forma independiente realiza el paso de María Santísima Nazarena, Nuestro Padre Jesús en su Entrada Triunfal de Bilbao o el Retablo de Santa Ana. Una herencia la de los Valverde que comenzó a través de su abuelo, Rafael Valverde Toscano, quién tallase el paso de Nuestro Padre Jesús Caído en el primer tercio del siglo XX.

El Santísimo Cristo de la Confianza fue encargado a Castillo Lastrucci por parte del párroco de la Parroquia de la Inmaculada y San Alberto Magno de Córdoba, con una condición, que fuera de las mismas medidas, estilo y calidad que el que hizo, el escultor, para la Iglesia de San Hipólito de Córdoba “Cristo de la Buena Muerte”, con la única diferencia de que este llevara corona, según modelo presentado y alguna variación en el sudario que lo distinga del de la “Buena Muerte”. Ambas partes acordaron que, el precio (27.000 pts), serían abonado en tres plazos: el primero en el momento de la firma del documento. El segundo plazo, cuando Castillo Lastrucci avisase al contratante de que el Cristo estuviera terminado en madera para que pudiera verlo y el tercero a la entrega del Cristo en la Parroquia de San Alberto Magno de Córdoba, cuyo acto tendría lugar el día 30 de abril de 1961.

La advocación del crucificado nacería de una conversación entre Carrillo Aguilar y una feligresa nacida fuera de Córdoba, que había hecho una promesa y no podía cumplirla al no encontrar al Cristo que se la debía, el Cristo de la Confianza. Una vez la serena, majestuosa, sencilla y elegante figura del Señor estuvo en la parroquia, en su capilla se colocó el siguiente fragmento del Evangelio: “Todo lo que pidas al Padre en mi nombre se te concederá. Ten confianza en mí“. El imaginero, fiel a sus cánones, dejaba una vez más esa serie de rasgos comunes en sus obras cristíferas de notable influencia montañesina: el pelo dividido por la característica raya central, la nariz afilada, la mirada baja, el ceño fruncido, la barba bífida y boca entreabierta.

Tan solo hace falta detenerse a contemplar al Santísimo Cristo unos instantes para comprender las sensaciones que han embargado a cuantos han acudido a Él a lo largo del tiempo. Las mismas que les hicieron desear ser los promotores de una hermosa iniciativa que culminase con la creación de una hermandad constituida en torno al Cristo de la Confianza. Por desgracia, esos intentos quedaron frustrados – siendo el penúltimo de estos la disolución de la Congregación de fieles del Cristo de la Confianza en octubre del año 2015 – hasta que, de nuevo y para contento colectivo, volvía a saltar la noticia, en mayo de 2018, del surgimiento de un nuevo grupo parroquial que hizo soñar a Ciudad Jardín con el nacimiento de su propia cofradía de la mano del maravilloso crucificado, un crucificado cuya devoción pasa de generación en generación en el barrio de Ciudad Jardín. Un nuevo comienzo materializado con la constitución de la Fraternidad el 21 de octubre de 2023.

El sueño se convirtió en realidad el 23 de abril de 2019, al poder contemplar la imponente figura del Señor por las calles de su barrio en aquel histórico Vía Crucis. Una jornada inolvidable para los hijos de Ciudad Jardín y que contemplaron familias enteras, viniendo desde otros lugares incluso. Ese era el primer paso, pues Ciudad Jardín, reclama la presencia del Cristo de la Confianza por las calles de Córdoba para hacer enmudecer el tiempo, para recuperar el sueño que desde siempre tuvo que traducirse en una verdad inmutable, para que se convierta en realidad el sueño tantas veces soñado de que el Cristo de la Confianza camine algún día, entronizado en un paso y precedido de una interminable hilera nazarena, camino de la Santa Iglesia Catedral. Y cada día, paso a paso, esta Fraternidad va cumpliendo objetivos.

La talla fue sometida en 2022 a un proceso de limpieza por parte de la restauradora Ana Infante de la Torre que continuó con la restauración de diferentes desperfectos producidos por el paso del tiempo. Asimismo, el plan de actuación incluyó el reforzamiento de la zona de los hombros con espigas de fibra de vidrio, un material flexible que reduce las consecuencias derivadas de su exposición pública.