El Capirote, Opinión, Sevilla

El declive de las sacramentales

A la sacramental de Omnium Sanctorum hay que reconocerle ante todo la valentía de anunciar la suspensión de la procesión de impedidos ante la inexistencia de peticiones de enfermos a los que visitar. Más allá de la supresión por este año existe un grave problema que afecta a las corporaciones sacramentales. Antaño llegaron a gozar de gran esplendor, pero hoy en día el Santísimo, que está por encima de todas las procesiones que puedan llevarse a cabo, no cuenta con el fervor que en otros tiempos llegó a rodearle.

Las sacramentales puras sobreviven a duras penas. Algunas de ellas han quedado reducidas a corporaciones familiares y quienes forman parte de su nómina son personas mayores. Las procesiones de impedidos llevan el Santísimo a quienes así lo solicitan. Si se tratara de una imagen con mayor número de devotos, la cuestión sería distinta, pero no es el caso.

Las otras sacramentales, las que acabaron fusionándose con letíficas, penitenciales o ambas, tampoco encuentran su hueco, porque quedaron absorbidas de tal modo que algunas solo utilizan el nombre en el título de la hermandad. Y entre las que celebran su Corpus o cuentan con numerosos pasos o música estridente que despierte el interés de la ciudadanía. ¿Acaso no decaería la asistencia de público si algunas de ellas tan solo mostrasen en un único paso al Santísimo?

Desde el Consejo se vienen celebrando jornadas sacramentales que son un fracaso sin parangón. Se potencia dar a conocer la inigualable riqueza que tienen estas corporaciones, desde su patrimonio hasta su reflejo en la literatura o el arte a la vez que se ensalza el sacramento de la Eucaristía o la importancia de la liturgia. Pero a la vista está el público asistente tanto a estos actos como a las procesiones de impedidos o los Corpus que se celebran.

Hay quienes, abordando la decadencia de las procesiones de impedidos, se afanan en recordar el número de pisos turísticos, cuando el problema va más allá. Es cierto que muchas personas mayores son enviadas a las residencias, pero, ¿se le da al Santísimo la importancia que se merece? ¿Hacen las hermandades todo lo posible por recordar su grandeza?

Desde las corporaciones tiene que darse el empujón necesario al aspecto sacramental, implicar a los jóvenes en la adoración al Santísimo y darle el lugar que corresponde. Hoy, la hermandad de la O ha celebrado su procesión eucarística para el cumplimiento Pascual de los enfermos e impedidos. Todo cuidado al detalle, todo para honor y gloria de Dios. Ahí están las imágenes. El Santísimo siempre se merece más. ¡Salgamos a la calle!

Procesión de impedidos de la hermandad de la O. Foto: hermandad