Portada, Sevilla

La crónica | El Gran Poder inundó de fe y emoción su traslado a la Candelaria

Buena temperatura, gran multitud de personas y momentos inolvidables han sido las notas predominantes del recorrido

Eran las diez de la mañana. La Cruz de Guía abría el cortejo ante cientos de ojos que esperaban atentos en el exterior. La Parroquia de la Blanca Paloma se encontraba a rebosar, como pocas veces se había visto, y con un ambiente silente y respetuoso. La emoción no deja paso a articular palabra. Los vecinos de este templo sevillano y toda la feligresía habían vivido siete indelebles jornadas con el Hijo de Dios, el Señor del Gran Poder. Durante esos días, un auténtico río de personas desfilaron ante el nazareno, que llenaba cada punto del templo con su Bendita figura.

Nuestro Padre Jesús del Gran Poder cruzaba el dintel de la Parroquia de la Blanca Paloma con la nostalgia en algunos rostros por despedir al Señor, y la satisfacción en otros por todo lo vivido. La Misión tenía que continuar y el Cristo de Juan de Mesa, portado a hombros, con su túnica lisa morada y unas andas exornadas con un friso de claveles rojos, emprendía la ruta al siguiente destino: la Parroquia de la Candelaria. Una incontable multitud ha acompañado al Señor en casa paso, respetando la sobriedad del acto y rezando las Estaciones del Vía Crucis durante el trayecto. El impecable silencio sólo era interrumpido por las hermosas saetas que como auténtica plegaria cantaban al Señor en diversos calles.

Habían pasado unos minutos del mediodía cuando el nazareno de San Lorenzo dejó las calles del barriada de la Blanca Paloma para seguir su discurrir a través de las grandes avenidas. Allí la visión era aún más clara, y los asistentes podían ver el tránsito del Señor con comodidad. Todos querían ser testigos de excepción del inédito traslado del Señor, incluso el sol, que ha planeado sobre un cielo despejado con altas temperaturas pero a estar en período otoñal. Sin olvidar tampoco otra de las estampas clásicas, la de los globos, que se han visto durante la mañana cerca del traslado y que los lectores pueden divisar también en las fotografías. Muchos pequeños se habrán llevado por seguro este recuerdo del acto.

Pasadas las 14:00 horas la Imagen del Gran Poder llegaba al barrio de la Candelaria rodeado de una rebosante masa humana, y de un manantial de peticiones y oraciones de las personas del barrio. Se llegó incluso a escuchar, casi como un grito saliendo del corazón y acompañado de lágrimas de emoción: ¡Qué falta nos hacías, Señor! La compostura del cortejo y los asistentes han evitado grandes incidentes en el trayecto, sí bien hubo un pequeño revuelo por el robo de un teléfono móvil, subsanándose con la actuación de la Policía Secreta.

Pasadas las 15:20 de la tarde la imponente talla del Gran Poder llegaba a la Parroquia de la Candelaria, tras un traslado sin grandes incidentes y con momentos irrepetibles como la visita a la Parroquia de San Lucas, donde esperaba al Señor en la puerta la Virgen de la Caridad en un majestuoso altar dispuesto para la ocasión. Sevilla ha vuelto a seguir a su Dios por los barrios más humildes de su geografía en una mañana esplendorosa.

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