Portada, Sevilla

El Hijo de Dios marca la precuarema en Sevilla

El Nazareno del Valle, el Cristo del Calvario, de la Fundación o el de la Misericordia se expusieron a los fieles en el fin de semana

La Cuaresma se acerca rápidamente embriagado de ilusión, fervor y esperanza a los cofrades de Sevilla ante una Semana Santa gozosa después de 2 años sin desfiles procesinales.

La llegada del miércoles de ceniza coincide con los actos de numerosas hermandades de penitencia, que en este fin de semana de vísperas han venerado al Hijo de Dios en sus diferentes advocaciones y misterios pasionistas.

Una de estas cofradías es la del Calvario, que ha llevado a cabo la exposición a los fieles del Señor en el trascoro de la Iglesia Parroquial de la Magdalena.

El crucificado del Calvario se alzaba en un altar sencillo compuesto por hachones con cera color tiniebla, dos jarrones con ramos de flores de color rojo sangre a cada lado del Santísimo Cristo; y un monte de lirios morados en la parte posterior de la cruz.

Numerosos sevillanos visitaron al Señor durante la jornada, acercándose también a otro de los puntos destacados, la Iglesia de la Anunciación.

Allí, en el presbiterio del templo, y presidiendo un exquisito altar y con las Imágenes secundarias del paso en el altar, se encontraba la portentosa Imagen del Nazareno del Valle, ataviado con túnica bordada y con un friso de flores silvestres a sus pies.

A su vez la Virgen del Valle, vestida de hebrea por el tiempo cuaresmal, contemplaba desde el altar lateral al Hijo portando la cruz.

Y de este ensueño bellísimo, preludio de los días de la pasión, los cultos del día llevaban hasta la calle Adriano, donde el Cristo de la Misericordia yacía en el presbiterio de la capilla del Baratillo, en un auténtico sepulcro donde destacaba sobremanera la Imagen gracias al juego de luces.

Tras el Señor, un río de cera azul se alzaba en el altar coronado por la Virgen de la Piedad, preparada para el Quinario de esta semana.

Y en el lateral derecho, María Santísima de la Caridad en su Soledad esperaba impecable la visita de los fieles con el conjunto de hebrea, exquisitamente colocado por su vestidor José Antonio Grande de León.

Finalmente, el Cristo de la Fundación de los Negritos ocupaba igualmente el presbiterio de la Capilla de los Ángeles donde una vez más la posición de las luces ha ofrecido una escena sorprendente y preciosa del crucificado.

Así lo recogía Gente de Paz el pasado sábado en una noticia del compañero José Barea con la maravillosa galería de imágenes del fotógrafo Benito Álvarez.

Con todo ello, la ciudad del Guadalquivir ha vivido un fin de semana donde la pasión del Señor ha vuelto a hacerse presente en los templos, rindiendo honor al Señor y restando jornadas para vivir una nueva Semana Santa.