






Realizada bajo diseño de Rafael de Rueda y Jesús Rosado, presenta un estilo manierista enclaustrado en el barroco de tiempos pasados y con novedades destacables y nunca antes vistas en la capital del Santo Reino, como la ausencia de candelería, sustituida por 84 puntos de luz distribuidos en faroles, fanales y candelabros así como, la inusual medida del manto que ocupará menos espacio que los tradicionales.
Las dimensiones del palio son considerables, y ha sido concebido como un gran baldaquino coronado por una crestería sostenida por unos varales muy finos y estilizados. Como los que aparecen en las representaciones pictóricas y grabados más añejas. Las bambalinas son exteriores, rígidas y polilobuladas con el Stabat Mater en su cara exterior. Como curiosidad en las bambalinas se utiliza la filigrana algo muy poco común.
En el techo de palio destaca el gloría. Basado en la tabla inmaculista de la Tota Pulchra de la Iglesia de San Andrés (Santa Capilla), es un pequeño guiño y una reivindicación del rico y olvidado patrimonio giennense.
La peana está decorada con pinturas con distintas escenas de la vida de la Virgen. En la sobremesa aparecen textos relacionados con esas pinturas.
Asimismo, destacan dos relicarios, uno con una reliquia del San Josemaría Escrivá y otro con una reliquia de beato de nuestra provincia Francisco Solís Pedrajas.
Es sin duda una extraordinaria obra de arte con visos del estilo antequerano, que ha sido desvelada por el Vicario General de la Diócesis el Ilmo.Sr.D. Francisco Juan Martínez Rojas en el Museo de Jaén con la presencia de Jesús Estrella Martínez, Delegado de Fomento, Infraestructuras, Ordenación del Territorio, Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía en la provincia de Jaén.