Córdoba

El Perdón se cita con la historia

Con la llegada de la Cuaresma vislumbrándose por todos los rincones, la Hermandad del Perdón, se ha citado con la historia con motivo del Vía Crucis de la hermandades cordobesas que ha sido presidido por su titular cristífero, coincidiendo con la conmemoración del XXV aniversario de su bendición, propiciando una jornada inolvidable que que ya forma parte de la historia de la corporación de la Judería. Una cita que ha estado cuajada de detalles que han convertido la puesta en escena que ha concebido el equipo de gobierno que preside Fernando Castro en singular, única e irrepetible.

La imponente imagen que tallase Romero Zafra ha caminado sobre la mesa del palio de la Virgen del Rocío y Lágrimas con los respiraderos que habitualmente luce el Miércoles Santo cuando la primera dolorosa que realizase el imaginero cordobés atraviesa el dintel del Buen Pastor. El equipo de priostía de la hermandad cordobesa ha dispuesto sobre la mesa elementos muy especiales para un día tan concreto con histórico, entre los que cabe destacar la iluminación, ya que el paso ha contado con la cesión de los candelabros arbóreos de la Hermandad del Preso de Cabra. Unos arbóreos tallados y dorados por Antonio Serrano Ávila estrenados, en fase de talla, en 2002 y culminados en 2006.

El Señor ha sido entronizado sobre la magnífica peana de carrete que ha sido igualmente cedida por la egabrense Hermandad de Jesús Preso, un elemento muy común en la Semana Santa de Cabra pero inédito en la ciudad de San Rafael. La pieza – una auténtica joya -, según ha explicado a Gente de Paz Felipe Osuna, antiguo Hermano Mayor de la corporación egabrense durante dos mandatos y actual Vocal de Patrimonio, está fechada a finales del siglo XVIII, fue realizada expresamente para la imagen de Jesús Preso y es la que habitualmente puede verse en la salida de la cofradía del Jueves Santo. Con una forma cuadrangular, tanto en su base como en la parte superior, la peana es totalmente simétrica en cada una de sus cuatro caras. En base a su altura de 70cm, la peana ha dotado a la imagen de Jesús del Perdón de una altura que ha destacado de manera maravillosa las bondades de la talla y ha posibilitado una escena irrepetible.

La banda encargada de poner sus sones tras el Señor por las calles por las que ha discurrido el cortejo, desde la salida de la Catedral hasta el regreso a su templo, como no podría ser de otra manera, ha sido la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestro Padre Jesús de la Coronación de Espinas de Córdoba que como hace habitualmente cada Miércoles Santo, ha evidenciado la perfecta simbiosis que la formación musical del Zumbacón ha alcanzado con la cuadrilla costalera que dirige con maestría Luís Miguel Carrión “Curro”. Como elemento adicional a una jornada para la memoria, Coronación ha estrenado la marcha dedicada al titular de la Cofradía titulada “Rey de los Judíos” de Rafael Vázquez. A la ida hasta el mayor templo dela diócesis, el Señor se ha desenvuelto acompañado del quinteto de música de capilla de la Banda de la Esperanza, incorporando un elemento más para la introspección y la preparación para el ejercicio del Vía Crucis.

El nutrido cortejo que anticipaba la llegada del Señor del Perdón, del que formaban parte los Hermanos Mayores del Miércoles Santo, los Hermanos Mayores de la Parroquia de la Trinidad y la Fraternidad del Cristo de la Providencia, y representaciones de las hermandades del Perdón de Cabra, del Rocío de Córdoba y de Jesús Preso, salió de la Iglesia de San Roque a las 17:45 horas, para precipitarse sin solución de continuidad por la encrucijada de callejuelas que separa el Buen Pastor de la Catedral, acompañado en todo momento por un gran número de cofrades que no han querido faltar a esta cita con la historia. Un cortejo en el que ha destacado la sobriedad de todos sus participantes, conscientes de la solemnidad del acontecimiento pese a la alegría latente manifestado en sus rostros, una circunstancia particularmente acusada en el caso del hermano mayor de la cofradía, Fernando Castro, incapaz de ocultar su felicidad porque todo el esfuerzo había merecido la pena.

Tras la celebración del Vía Crucis, en el interior de las naves catedralicias, que poco nuevo o reseñable, más allá de la presencia de la imponente imagen, ha aportado a los presentes – urge revisar el modo en el que éste se desarrolla para que el personal no perezca de aburrimiento -, el Señor atravesó las puertas de la Catedral para regresar hacia la Iglesia de San Roque, esta vez acompañado por la Banda de Cornetas y Tambores de Coronación de Espinas de Córdoba, que estrenó justo a la salida, la Marcha dedicada a  Jesús del Perdón denominada “Rey de los Judíos”.

Una pieza que tiene visos de convertirse en un auténtico himno para la Cofradía de San Roque, en la que el buen gusto y la elegancia, señas de identidad de Coronación de Espinas, se aprecian desde la primera hasta la última nota. Un lujo para los sentidos que combinado a la perfección con elegante caminar de la cuadrilla del Perdón ha propiciado uno de los momentos cumbre de esta cita para el recuerdo. Otro de los momentos especialmente emotivo ha sido la saeta que ha interpretado Inma De la Vega, en el balcón de la esquina de Blanco Belmonte con Barroso, lugar al que el cortejo ha llegado envuelto en una bulla de considerables proporciones que ha demostrado el gran interés que esta cita ha despertado en propios y extraños. 

Como detalle significativo, el trono en el que ha caminado el Señor presentará en la calle central, la Virgen del Rocío de la Hermandad de La Paz y Esperanza, en alusión a la advocación Mariana de la Hermandad, Rocío y Lágrimas. La imagen forma parte del paso de la Paloma de Capuchinos desde el domingo 24 de enero de 1982 fecha en la que la hermandad de Ntra. Sra. Del Rocío de Córdoba y la hermandad de la Paz se hermanaron en un precioso acto en el que se hizo entrega de una imagen de la Virgen del Rocío, en plata y marfil que fue entronizada en la delantera del paso de palio de la Reina de Capuchinos.

En el capítulo de estrenos, el Señor ha estrenado un nuevo juego de gemelos con la forma del Espíritu Santo en oro y plata de ley, en clara y evidente alusión a la advocación de su madre María Santísima del Rocío y Lágrimas, diseñados y ejecutados por Alejandro Carrero Fernández. A la vez, ha completado su ajuar con una nueva camisa y camisón, ejecutado por una de sus Camareras, María José Trillo, junto a la botonadura en plata y amatistas inspiradas en los octógonos de la puerta del Perdón de la Santa Iglesia Catedral, diseñado y ejecutado por Alejandro Carrero Fernández. Dos estrenos dotados de un evidente simbolismo para una cita que promete ser inolvidable.

Además, el Señor ha estrenado un nuevo juego de potencias en plata de ley y sobredoradas, diseñadas y ejecutadas por Jesús Iglesias, que presentan un diseño clásico en el que se aprecia la flor de lis y en las que el JHS irá engastado en rubíes y “La túnica de Lis”, una túnica con bordados de cartulina del S. XVIII adquirida en un anticuario con bordados sobre terciopelo vino tinto, diseñada y ejecutada por el malagueño, Joaquín Salcedo, siendo ésta, su primera pieza para la cuidad de Córdoba. En definitiva, un considerable número de alicientes y elementos singular, que han convertido este 9 de marzo en una jornada que ha quedado grabada a fuego en el alma y la memoria colectiva de los hermanos de la corporación cordobesa, y de toda la Córdoba Cofrade.