Portada, Sevilla

El Rosario de los Humeros advierte que el proyecto de edificio a construir junto a su capilla, aprobado por el Ayuntamiento de Sevilla, “comprometerá seriamente al estado actual del edificio, pudiendo llegar incluso al derrumbe”

La Hermandad hace un llamamiento al conjunto de la sociedad, a las asociaciones de patrimonio y a los órganos de gobierno de las administraciones municipales y de la Junta de Andalucía para encontrar una solución que garantice la estabilidad de un bien patrimonial del siglo XVIII y la dotación de un entorno paisajístico acorde

La Hermandad del Rosario de los Humeros de Sevilla ha remitido a los medios de comunicación un comunicado suscrito por su hermano mayor, José Juan Pérez Rodríguez, y su secretaria, Mª Isabel Bejarano Vidal, sobre la situación actual del solar colindante con su capilla, que ha sido propuesto para una nueva “edificación de tres plantas” adosada a la iglesia, así como “una o más plantas de sótano para cumplir con la dotación de plazas de aparcamiento”, en base a la Modificación que el Ayuntamiento pretende llevar a cabo en el PGOU que pone en riesgo la integridad de la capilla sita en la calle Torneo nº 86.

En la nota, la hermandad explica que “a principios de los años 70 se produce el derribo del edificio que ocupaba la parcela colindante a la capilla, convirtiéndose desde entonces en el solar actual. En mayo de 1991 el Ayuntamiento expropia dicha parcela con la intención de dotar al barrio de un espacio público ante la saturación de edificaciones de la zona y falta de espacios libres. Durante todo este tiempo, el Ayuntamiento ha elaborado y presentado, tanto a la AA.VV. de los Humeros como a esta Hermandad, diversos proyectos en función de lo previsto en el Plan de Protección Especial de los Humeros de 1999 por el que se recomendaba dar un uso dotacional de espacio libre al solar: “como plaza ajardinada y de gran vegetación […] que evocará la huerta del humanista (Hernando Colón), que con naranjos, limoneros y cipreses conformaban este lugar”. Este nuevo espacio se denominaría “Compás del Rosario”, quedando adosado a la actual plaza de la capilla, la cual se rotulaba “Plaza de la Virgen Rosario”.

“En 2006 con la aprobación del vigente PGOU –prosigue el comunicado- se modifica la catalogación de dicha parcela calificándola como SIPS-EA. A pesar de la nueva catalogación, el Ayuntamiento sigue proponiendo a ambas instituciones nuevos proyectos de zonas de espacio libre ajardinados. Transcurrido el plazo señalado por la ley, y tras no haber ejecutado el Ayuntamiento ninguno de los proyectos planteados, en 2017 la parcela es revertida a su propietario original. En 2019, la entidad propietaria solicita judicialmente el cambio de uso de la parcela en primera instancia, siendo la sentencia favorable.

“Posteriormente, el Ayuntamiento recurre dicha Sentencia ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, siendo finalmente desestimada. En cumplimiento de estas sentencias, el Ayuntamiento plantea la Modificación Puntual nº51 del PGOU, hallándose en fase de aprobación inicial”, prosigue el texto que añade que “dicha modificación afecta a la Capilla de Nuestra Señora del Rosario de los Humeros al recalificar la parcela como uso Residencial Centro Histórico, previendo una nueva “edificación de tres plantas” adosada a la misma, así como “una o más plantas de sótano para cumplir con la dotación de plazas de aparcamiento”.

La hermandad denuncia que “el proyecto actual del edificio que se reduce simplemente a un volumen general donde solo se especifica la altura, no cumple con la normativa urbanística pues, al plantearse adosado al muro sur, oculta por completo la visión lateral de la capilla. Asimismo, no se contempla el espacio de servidumbre que respete las ventanas y puerta de la iglesia en dicho muro” e incide en que “este proyecto no cumple con los requisitos del entorno de bienes de patrimonio histórico, no respetando la Capilla de Nuestra Señora del Rosario, que es un bien catalogado con protección específica B”.

Por parte de esta Hermandad se ha elaborado un informe técnico realizado por un arquitecto especialista en la materia, donde se advierte que cualquier edificación: “comprometerá seriamente al estado actual del edificio, por muchos medios que pudieran utilizarse para proteger y preservar su estabilidad” pudiendo llegar, en la peor de las situaciones, incluso al derrumbe. Adicionalmente, la AA. VV. Los Humeros y esta Hermandad han presentado alegaciones al Proyecto de modificación nº 51, con la intención de velar por el patrimonio en peligro, adjuntando a dichas alegaciones un Informe técnico de arquitectura y un Informe histórico-artístico de la capilla.

Por lo anteriormente expuesto, la Hermandad muestra su honda preocupación y su pesar por lo que puede suponer una nueva agresión al patrimonio histórico artístico de la ciudad, representado en esta ocasión por la Capilla del Rosario, emblema del arrabal de los Humeros, así como al entorno paisajístico de la zona. “Por tanto, hacemos un llamamiento al conjunto de la sociedad, a las asociaciones de patrimonio y a los órganos de gobierno de las administraciones municipales y de la Junta de Andalucía para encontrar una solución que garantice la estabilidad de un bien patrimonial del siglo XVIII y la dotación de un entorno paisajístico acorde”, concluye el comunicado.

La capilla

La capilla, bendecida el el 23 de marzo de 1761 por el párroco de San Vicente en nombre del Cardenal Solís que no pudo asistir, de reducidas dimensiones, presenta una planta de cajón (rectangular) de 12 metros de largo por 5 metros de ancho, cubierta de bóveda de cañón. Su interior se organiza en cuatro tramos configurados por arcos de medio punto que articulan los muros interiores. El ingreso a la capilla forma un arco rebajado por encontrarse encima el coro. El acceso a este se realiza por una escalera de caracol ubicada en el interior de una pequeña torre circular  que se puede observar en el exterior. Este elemento pudiera ser un antiguo horno o chimenea de la fábrica de los Pezaro del siglo XVII, reutilizándose para la nueva edificación sagrada. De ser esta hipótesis cierta estaríamos ante un punto arqueológico de primer orden ya que pocos son los datos que se tienen sobre las factorías cerámicas sevillanas que no sea la identificación de series y formas. En el segundo tramo, según nos vamos acercando al presbiterio, estuvieron ubicados en el interior de los arcos de medio punto, adosados al muro, los retablos de San Antonio de Padua (lado del Evangelio) y la Purísima Concepción (frente al anterior en el muro de la epístola), eliminados ambos a fines del siglo XIX.

Dos pilastras adosadas separan el segundo tramo del tercero, sobre las que se colocaron, cuando se eliminaron los retablos ya mencionados, dos peanas de madera dorada de estilo rocalla y sobre ellas las imágenes de San Antonio y San José, conservadas en la actualidad en este emplazamiento. El tercer tramo, de idéntica dimensión que el segundo, conserva en el lado de la epístola el retablo del Carmen, en el que hoy se venera la imagen del Santo Cristo de la Paz. Frente a este, nos encontramos el muro desprovisto del zócalo cerámico, que rodea a 1.80 metros desde el suelo, la capilla, ya que en 1929, cuando se dotó la fábrica con los azulejos, aun existía el retablo de San José, con la imagen de la Inmaculada Concepción ocupando la hornacina. Actualmente ahí se ubica una Simpecadera de nueva factura.

El último tramo está destinado al presbiterio, por lo que su pavimento se eleva del resto a 60 centímetros mediante tres escalones de piedra rosácea. El gran imafronte que cierra el ábside se encuentra ocupado en su totalidad por el Retablo Mayor obra de Lorenzo Pérez Caballero de 1764, el cual en la cuerpo inferior de las calles laterales, presenta dos puertas (a derecha e izquierda) que dan acceso a la transacristía de dos plantas. En la sacristía baja, en el muro de la derecha, coincidiendo con la fachada lateral que da a la calle Marqués de Paradas, se encuentra una entrada cegada, la cual, como hemos señalado anteriormente, se realizó en el año 1940 para que el Cardenal Segura pudiera asistir a los cultos, ya que se encontraba internado en la Clínica de la Inmaculada, propiedad del Hermano Mayor D. Andrés Donrronsoro. Alrededor de esta planta se colocó en el año 1993 un zócalo de azulejos de estilo de cabeza de clavo.  El acceso a la planta alta se realiza mediante una escalera de hierro, repitiendo la misma estructura de la planta baja con una ventana a eje con la puerta inferior.

La fachada principal mira hacia el río. En ella encontramos una portada retablo organizada en dos cuerpos y rematada por una espadaña, dentro de la estilística tardo barroca sevillana. El primer cuerpo de la portada está formado por dos pilastras adosadas, flanqueando el vano de medio punto por el que se accede al interior del templo. Éstas sostienen el entablamento sobre el que se organiza el segundo cuerpo. Un frontón curvo partido alberga en su interior la hornacina central cuya distribución repite el mismo esquema del cuerpo inferior: dos pilastras adosadas flanquean el medio punto que alberga a la imagen y sostienen un frontón partido y curvo, el cual presenta en el espacio central el anagrama de María rematado de frontón triangular. A ambos lados de la hornacina, sobre el frontón curvo del primer cuerpo, aparecen los únicos elementos ornamentales, eco de la tradición de las grandes portadas de fines del siglo XVII y principios del siglo XVIII, compuesto por dos jarrones y un conjunto de hojarascas y volutas a modo de gotera. La hornacina está presidida por una imagen de terracota de tamaño menor que el natural, cuya iconografía repite el modelo de la titular de la Hermandad. No está documentada pero por los rasgos morfológicos que presenta se puede afiliar a la época de fundación de la capilla. A ambos lados del segundo cuerpo de la portada, encontramos dos claraboyas de forma estrellada que permiten la iluminación del coro de la iglesia.

Separada de los cuerpos ya mencionados, la fachada se remata con la tradicional espadaña o campanario, tan característicos en nuestra ciudad, fundamentalmente en los conventos de nuestra diócesis. Tal espadaña se asemeja al esquema anteriormente comentado, coronado por un frontón curvo. Hay que destacar, a ambos lados, dos molduras enroscadas, motivo que sirve para conectar esta pieza con el cuerpo inferior, suavizando así el contraste entre la horizontalidad de la línea de la fachada de la verticalidad del campanario. La espadaña cobija en su interior la campana que convoca a los vecinos a la oración. Es común que estas piezas del ajuar litúrgico, realizadas en bronce, tengan una leyenda en el diámetro inferior, en la que se recoge la denominación de la campana en cuestión, el artista fundidor, la fecha de realización y en ocasiones, una invocación. La campana de los Humeros se fundió en 1802 por el artista Francisco Fernández y se denomina como la titular -Nuestra Señora del Rosario-. Presenta la peineta para permitir el volteo del repique. Esta tipología de campanario se concibe para ser exenta de tejado, permitiendo así el doblar de la campana. Por peligro de derrumbe, la espadaña sería reforzada por unos contrafuertes en la parte trasera, uniéndose al tejado e impidiendo el repique. Esto ha llevado a que los sevillanos la identifiquen como “la capilla del campanario torcido”.


Fuente documental: Hermandad