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El viejo costal | Aquellos innovadores hombres

Vamos a hablar de la evolución de nuestra Semana Santa, desde el punto de vista de capataces, vamos a hablar de las cuadrillas pioneras de hermanos costaleros, de aquellos que supieron vencer a “la manta” cambiándolas por “el costal”, de la evolución de aquellos hombres que decidieron entregar su esfuerzo de forma altruista a su hermandad, ahorrando con ello “la paga” de los costaleros profesionales.

Liberando al fin y al cabo a su hermandad de una carga económica, así como de una dependencia de los “plantones” que en algunos casos se dieron reclamando más sueldo, a pesar de que para la época, no eran nada baratos, acordes con el esfuerzo solicitado, ya que muchas veces las cuadrillas de profesionales repetían todos los días en distintas salidas, y las más de la veces con el mismo capataz, que era el responsable de repartir los jornales al finalizar “el trabajo”.

Algunos conocéis los nombres de los grandes en Córdoba, hablo de D. Rafael Muñoz, D. Ignacio Torronteras, D. José Gálvez, y tantos otros, que sin duda están en nuestros recuerdos, desde la mitad de las décadas de los 70, así como otros mucho más antiguos, D. Rafael Sáez, que durante cuatro décadas estuvo vinculado a muchas de nuestras Hermandades, entre otras Descendimiento, Buena Muerte, Borriquita, Amor, Penas de Santiago, Rescatado, Huerto, Sentencia, Prendimiento, Calvario, Misericordia, Caridad, Sepulcro, y tengo la seguridad de que alguna me dejo atrás, además de las de Gloria Virgen de la Cabeza, María Auxiliadora, San Juan Bosco, Socorro, San Rafael, y un larguísimo etc.

Uno de los Grandes, otro de los grandes D. Rafael Muñoz Serrano, decano de los capataces de Córdoba, “Capataz de Capataces” y que a tantos nos abrazó con su carismático “niño mío”, este hombre en el 1975 creó la primera cuadrilla de hermanos costaleros de nuestra ciudad en la hermandad de la Expiración, idea ya realizada en Sevilla solo un par de años antes.

Está revolución en el mundo de las trabajaderas, fue el resultado de su clarividente forma de ver lo que sería el futuro, lo que hoy en día tenemos, sembró en Córdoba la semilla de las que aún disfrutamos los que nos gustan estas maneras.

D. Rafael Muñoz Serrano supo absorber perfectamente el nuevo concepto de cuadrilla, y a pesar de ser sucesor de D. José Gálvez, potenció y empezó a crear un modo personal de entender el trabajo de las cuadrillas en las calles, sería interminable las cuadrillas que él ha mandado, en nuestra ciudad y en la cercana Puente Genil.

Él fue sin ninguna duda el culpable de la revolución bajo las trabajaderas en nuestra ciudad, de sus manos y sus enseñanzas continuaron floreciendo en el mundo del llamador capataces que potenciaron y ampliaron la revolución, serían los que yo llamo la continuación, o los de la continuidad, hay están su hijo D. Rafael Serrano Cruz, D. Juan Berrocal, D. Lorenzo de Juan, D. Patricio Carmona entre otros, que fueron los que continuaron con la innovación, asentaron los principios de la técnica, iniciaron y abrieron las puertas a los “cambios”, racionalizaron el trabajo, y enseñaron a miles de costaleros desde lo más básico de hacerse la ropa hasta la más especializada igualá en “V”, la forma elegante de hacer cambios, al fin y al cabo son los continuadores de la revolución bajo las trabajaderas, y continuadores de la innovación iniciada por sus mayores, a pesar de que lamentablemente en la actualidad muchos de ellos se han retirado del mundo del llamador, quizás sea más correcto decir jubilado, ya que lo hacen por una decisión personal.

En la actualidad contamos con un elenco de capataces importantísimo que han continuado el trabajo de los ya nombrados, en los últimos años están continuando la labor nombres tan importantes como D. Luís Miguel Carrión, D. Enrique Garrido, D. Jesús Ortigosa, D. Antonio Jesús Ortega, D. Juan Carlos Vidal, D. Juan Aguilar, D. David Arce, D. Juan Horacio, D. Carlos Lara, D. Vicente Mengual, D. Carlos Quesada, D. Javier Santiago, D. Juan Luis Berrocal Campos, y otros muchos que harían la lista casi interminable.

Yo personalmente creo que de un tiempo a esta parte hemos dejado de innovar, noto como si estuviésemos estancados, como si lo importante fuese la cantidad de pasos que cada capataz saca, dejando apartado y casi en el olvido, que a cada paso se le ha de dar una propia impronta, impronta que ha de partir de la gestión y petición de la Junta de Gobierno, propia para cada hermandad, propia para cada titular, pero ahí los problemas son mayores, ¿Quién sabe lo que requiere cada titular en su paso, quien sabe el estilo de cada hermandad?, si muchas de ellas dan golpes de timón año a año, y algunas mes a mes, en fin, vamos a ver he notado que de un tiempo a esta parte la innovación parece que está parada, no hemos progresado desde hace unas décadas, todo permanece inmóvil, repetitivo.

Muchos de los cofrades creen que lo importante de un capataz sea sacar a la calle muchos pasos, otros desde el punto de vista de los costaleros, creen que lo importante es sacar “barcos” solo los más grandes y pesados, siempre a las órdenes de uno de los capataces de renombre, y en muchos casos tomando el trabajo a realizar a modo de ejercicio físico, como el que va a un gimnasio, olvidando a quien va a servir en su salida, juzgando y luchando por que la banda de música sea de mucha calidad y coincidente con su gusto, todo muy lejos de lo que realmente debería de ser.

En la fotografía de este artículo pueden ver a los primeros hermanos costaleros de la cuadrilla de María Santísima Reina de Nuestra Alegría, y entre ellos uno de los capataces más innovadores desde 1975 hasta 2022, fecha en la que se retiró, efectivamente es D. Juan Berrocal, si lo has conocido estarás de acuerdo conmigo.