En este tránsito continuo y permanente por parte del tiempo, pasan los segundos y ende los días unos tras otros. Así hemos llegado a otro día muy especial para cada uno de nosotros y nosotras por ser la fecha de este domingo, el día de las madres.
Y cada uno, pues hablará de su respectiva madre, porqué para cada uno de nosotros nuestra madre es la número uno o la mejor. Cómo no puede ser de otra manera, hoy tanto las madres que conviven con sus familias como las que cuidan desde el cielo de sus familias. Ellas tienen su capote protector para ser cobijo y paño de lágrimas, de nuestros desconsuelos.
Empezando por la Madre que nos trajo al Más grande de todos los tiempos y siguiendo por cada una de las madres que hemos conocido. Cada uno con la suya, pero tantas otras que hemos conocido por ser las madres de amigos y resto de familiares.
Hoy es su día, pero cuántos son verdaderamente su día, cuando están para casi todo por no decir para todo. En sus quehaceres diarios desde que nos trajeron al mundo, siempre estuvieron al lado de nosotros para cualquier asunto o problema que tuviésemos.
Disfruten de ellas, tanto las que están aquí como las que ya partieron, recuerden las cómo eran y con esa sonrisa que siempre tenían cada vez que nos veían, para gozar de cada instante sea de aquel recuerdo o solo dando le un beso o un abrazo.
Sean felices y extrapolenlo a los demás, y recuerden hoy a sus madres en cada instante que puedan alegrarse con ellas.
En el aspecto cofrade está semana leí artículos muy buenos de la realidad de nuestras hermandades, pero estamos muy ciegos para ver las verdades de cada una de ellas.
Esperemos que la salida de ayer de San Rafael, nos reconforte y complazca con la rogativa de la lluvia, por qué nos hace mucha falta. Tanto para nuestros cultivos, cómo para nosotros que tenemos los nervios a flor de piel.