Pocos días restan para que se anuncie en Córdoba la Semana Santa. La semana soñada por los cofrades de la ciudad de San Rafael. Una Semana que este año será exaltada por Francisco Román, Paco Román para el mundo cofrade. Pocos días restan para que el Gran Teatro sea testigo de las palabras emanadas desde lo más profundo de su ser y sean el pórtico de los días más hermosos del año. Con esta cita ineludible en el horizonte, el pregonero ha atendido a Gente de Paz para desgranar sus emociones y sensaciones ante esta cita que ocupará para siempre un lugar de privilegio en el baúl de sus recuerdos.
“Me gusta vivir la Semana Santa en la calle, buscando esos rincones y momentos que, a pesar de ser los mismos, nunca son iguales”
–¿Cómo ha vivido estos meses desde que conoció que sería pregonero?
Si tuviera que resumirlo con pocas palabras, serían intensidad, emoción, responsabilidad, agradecimiento y satisfacción por haber recibido el encargo más importante que se le puede plantear a un cofrade. La verdad es que no me lo esperaba y eso me ha provocado una pequeña revolución en mi día a día de persona jubilada.
“Mi pregón tiene una componente personal muy acusada”
– Defíname su estado de ánimo.
Tengo que reconocer que mi estado de ánimo es de tranquilidad, el pregón ha llegado a mi vida en un momento en el que me he permitido el lujo de estar centrado en mi labor, prácticamente, las 24 horas del día, sin la presión de tener que atender otras obligaciones profesionales o familiares. Esta circunstancia me ha permitido afrontar el reto con la “frialdad” suficiente para llevarlo a cabo sin sobresaltos.
“A lo largo del pregón hago referencia a personajes y momentos de la historia de nuestra ciudad”
– Sin ánimo de que nos desvele nada que no pueda ser desvelado, ¿cuál será el hilo conductor de su pregón?

Mi pregón tiene una componente personal muy acusada. Básicamente podemos decir que consta de tres partes bien diferenciadas: Comienzo hablando de mis inicios cofrades, allá por los primeros años de la década de los sesenta del pasado siglo, hasta llegar a la incorporación a mi Hermandad de la Cena. A continuación, hago una breve reflexión sobre lo que significa la Cuaresma, para dar paso a la parte central del discurso, donde realizo un recorrido por la Pasión de Cristo según Córdoba, para finalizar haciendo un canto a mi titular mariana, María Santísima de la Esperanza del Valle.
– ¿Tendrá un lugar de privilegio la historia y la fotografía?
Pues en este punto tengo que confesar que la fotografía no va a tener un papel destacado. Es verdad que, en el pregón que se va a editar, he incorporado varias fotografías realizadas por mí y dos de carácter histórico correspondientes a mis primeros años cofrades. En cuanto a la historia, a lo largo del pregón hago referencia a personajes y momentos de la historia de nuestra ciudad, como no podía ser de otra manera.
“Considero que un pregón es ante todo y sobre todo, palabra. Es una fiesta de la palabra que debe primar por encima de todo”
– Existe una obsesión en los últimos años con el concepto “innovación” cuando se habla del pregón… ¿es realmente necesario innovar en un pregón de estas características? ¿Innovará en el suyo?
Entiendo que, cuando se acude de forma recurrente a este tipo de recursos, es por ofrecer algo distinto, pero considero que un pregón es ante todo y sobre todo, palabra. Es una fiesta de la palabra que debe primar por encima de todo. En este sentido, ha rehuido de cualquier elemento que no sea el atril y la decoración, también austera que se va a utilizar.
“Para mi padre sería todo un orgullo y una satisfacción indescriptible verme ocupar el atril del Gran Teatro
– Si tuviera que decirle al espectador que estuviese especialmente atento a algún pasaje de su pregón, ¿cuál sería?
Posiblemente sería en esa primera parte donde cuento cómo era mi Semana Santa de la infancia, porque ahí hago referencia a lugares, personajes y a modelos, ya desaparecidos y, por tanto, desconocidos para las nuevas generaciones de cofrades.
– ¿De quiénes se ha acordado especialmente en estos últimos meses?
Fundamentalmente de mi padre, que fue quien me metió el gusanillo en el cuerpo cuando sólo tenía seis años. Para él sería todo un orgullo y una satisfacción indescriptible verme ocupar el atril del Gran Teatro.
“Hoy en día hay auténticos doctores en marchas procesionales y en muchas facetas que, a mi modo de ver, son absolutamente secundarias cuando no, desechables por completo”

– ¿Cómo le gustaría que se recordase su pregón?
A todo el mundo le gusta ser recordado, si es por su buen hacer, mucho mejor. Yo aspiro a transmitir y compartir mis vivencias y si, alguna puede servirle a alguien, entonces consideraré que habré triunfado.
– ¿Qué recuerdos tiene de la Semana Santa de su infancia?
Son muchos los recuerdos que me asaltan en este momento. Voy a citar varios: Mi madre confeccionándome la túnica de hebreo de la Hermandad de la Borriquita. Aquellos ensayos que realizábamos en el patio central de los Salesianos, para que el Domingo de Ramos el cortejo procesional resultara lucido y ordenado. O aquellas mañanas de Martes Santo cuando, acompañado por Manolo Martínez Cerrillo, acudíamos al colegio a “ayudar” en los últimos preparativos de la estación de penitencia.
“Debemos tener muy claro dónde y para qué estamos en cofradías”
–¿Hay aspectos que hayan cambiado de la Semana Santa de su infancia a peor? ¿Cuáles a mejor?
En este punto habría que distinguir entre los aspectos estrictamente formales y los que tienen relación con el “capital humano”, expresión que no me gusta, pero que resulta definitoria.
En el primer apartado, la evolución artística y patrimonial experimentada es pública y notoria. Cada vez se van sacando a la calle piezas de mayor y mejor calidad, a la vez que se van introduciendo artesanías que hace cincuenta o sesenta años eran impensables. Me refiero al bordado, apartado este que está comenzado a experimentar una etapa de eclosión y esplendor.
Por lo que se refiere a las personas, hoy en día hay auténticos doctores en marchas procesionales y en muchas facetas que, a mi modo de ver, son absolutamente secundarias cuando no, desechables por completo. Por el contrario, echo en falta formación, mucha formación: primero cristiana. Debemos tener muy claro dónde y para qué estamos en cofradías, que no es otra cosa que dar culto a Dios y a su Santísima Madre. A continuación, hace falta mucha formación en aspectos tales como la historia, la iconografía pasionista en particular y en arte sacro, en general. Creo que, aquí es donde el mundo cofrade tiene su verdadero talón de Aquiles.
“Creo que ya va siendo hora de que, por quien corresponda, se ponga coto a esta moda y que las salidas que se realicen sean por motivos más que justificados”
– ¿Cómo vive usted la Semana Santa?
Procuro vivirla con la intensidad que me es posible, ya no me puedo mover con la soltura que lo hacía estos años de atrás, pero, en general, me gusta vivirla en la calle, buscando esos rincones y momentos que, a pesar de ser los mismos, nunca son iguales. Soy de las personas a las que le gusta ver una cofradía por un sitio concreto por la cantidad de sensaciones y emociones que me transmiten en esos lugares.
– Abordemos asuntos de la actualidad cofrade: ¿Qué opina de la proliferación de salidas extraordinarias y procesiones magnas?
Comprendiendo las ganas que teníamos todos tras dos años de restricciones, considero que se está abusando, en exceso, de salidas extraordinarias, porque en los últimos tiempos ha habido algunas que no había por dónde cogerlas, pues los motivos esgrimidos para llevarlas a cabo no se sostenían lo más mínimo. Creo que ya va siendo hora de que, por quien corresponda, se ponga coto a esta moda y que las salidas que se realicen sean por motivos más que justificados, porque de lo contrario, estamos devaluando la Semana Santa y todo lo que representa.
“(Sobre la Madrugá) Intentar crear una nueva jornada al estilo del resto de las ciudades andaluzas y, muy especialmente, de Sevilla, creo que está condenado al fracaso o hay que generar una tradición que, actualmente, no existe”
– ¿Necesita Córdoba una Madrugada con más cofradías que la Buena Muerte? ¿Cree que es factible?

Pregunta complicada. Córdoba, como en tantas otras cosas, es muy particular y hace las cosas a su manera. En mi opinión, Córdoba tiene “madrugá” con la hermandad de la Buena Muerte y, podría decirse, que casi todas las hermandades del Jueves Santo, la bordean o, incluso se adentran en ella por sus horarios de recogida, aunque bien es cierto que ninguna permanece en la calle hasta el amanecer. En su día, la hermandad del Nazareno trató de volver a su lugar natural y la cosa no funcionó, lo mismo que ocurrió con la Merced. La razón es compleja, pero considero que no estamos preparados para ello por la sencilla razón de que no tenemos una tradición que la favorezca. Si bien cuando la Semana Santa cordobesa comienza a reorganizarse, allá por la década de los cuarenta del pasado siglo, los horarios eran muy tardíos, incluso entre semana, ninguna hermandad se planteó su salida en la “madrugá”, salvo la ya citada, Buena Muerte. Por eso, intentar crear una nueva jornada al estilo del resto de las ciudades andaluzas y, muy especialmente, de Sevilla, creo que está condenado al fracaso o hay que generar una tradición que, actualmente, no existe.
“El caso del Sábado Santo, lo veo como una necesidad a medio plazo, el que venga determinado por la incorporación de las hermandades y prohermandades que, actualmente, procesionan en la Semana de Pasión”
– Y del Sábado Santo, ¿qué me diría?
El caso del Sábado Santo, lo veo como una necesidad a medio plazo, el que venga determinado por la incorporación de las hermandades y prohermandades que, actualmente, procesionan en la Semana de Pasión. Su paulatina incorporación exigirá una reorganización, a fondo, de los distintos días, para comenzar del Viernes Santo, algunas de cuyas hermandades deberían trasladarse a ese día por razones obvias. Otra cosa es que esas hermandades estén dispuestas a romper con una tradición secular.
– ¿Cómo encajaría a las nuevas cofradías?
La verdad es que no me he parado a pensarlo en profundidad. La mayoría representan diversos momentos de la Pasión, lo que las haría candidatas a incorporarse a las jornadas ya existentes, salvo la prohermandad del Traslado al Sepulcro que sería candidata idónea para integrarse en la nómina del Sábado Santo, si este llegara a sustanciarse.
“Tengo absolutamente claro que cada hermandad debe de iniciar y finalizar su estación de penitencia en su sede canónica”
– ¿Qué opina de la incorporación de la Quinta Angustia y los Dolores de Alcolea a la Agrupación de Cofradías?

En principio, si reúnen los requisitos exigidos por la normativa en vigor, no veo problema para que se produzca su integración en la Agrupación de Cofradías. Cuestión distinta es la incorporación de la hermandad de los Dolores de Alcolea a la carrera oficial, dada la distancia que hay desde esta pedanía hasta la Santa Iglesia Catedral, porque a este respecto, yo tengo absolutamente claro que cada hermandad debe de iniciar y finalizar su estación de penitencia en su sede canónica.
– ¿Saben por fin los cofrades para qué se sale a la calle?
La finalidad de la salida a la calle está clarísima: realizar estación de penitencia. No salimos a lucirnos ni a competir en boato y oropel con otras hermandades y cofradías. Salimos a realizar una protestación pública de fe, desde el más estricto anonimato, a la Santa Iglesia Catedral. Nosotros vestimos hábitos nazarenos, no vamos disfrazados de nazarenos. Si no tenemos clarísimos estos conceptos elementales, pues mal vamos.
“Actualmente, eso de ser católico, de participar en el culto y defender los principios que nos marca nuestra fe cristiana, resulta políticamente incorrecto”
– ¿Se siente perseguido por ser católico y cofrade?
Actualmente, eso de ser católico, de participar en el culto y defender los principios que nos marca nuestra fe cristiana, resulta políticamente incorrecto. Hay demasiados intereses en juego para los que, el mensaje evangélico supone un lastre o un impedimento para conseguir sus fines. Resulta cuanto menos sectario, demagógico y discriminatorio, observar cómo la élite política se vuelca, a veces de forma meliflua y hasta rastrera, felicitando a otras confesiones religiosas cuando éstas celebran sus festividades “litúrgicas”, y, en cambio cuando llegas las fechas centrales del cristianismo, llámese Navidad, Cuaresma y Semana Santa, además de callarse de forma bochornosa, incluso tratan de cambiarle el nombre para, de este modo, diluir el mensaje y hacerlas pasar por meras fiestas consumistas como tantas que jalonan el calendario anual. En consecuencia, me considero perseguido por mi fe cristiana.
“Hemos asistido a situaciones en las que la voluntad de las cuadrillas ha cambiado juntas de gobierno, en algunos casos, después de realizar buenos y hasta brillantes mandatos, pero los planteamientos de esos dirigentes chocaban frontalmente con sus intereses”
– ¿Qué opina de las cuadrillas de hermanos costaleros?
En esta cuestión, mi opinión ha ido evolucionando desde la defensa acérrima de las cuadrillas de hermanos costaleros, hasta la actualidad, en que soy partidario de las cuadrillas de tal o cual capataz. ¿Por qué este cambio? El costalero es una pieza importantísima dentro del esquema de una estación de penitencia, es quien se encarga de ponerle pies a nuestros sagrados titulares. Así es, así debe ser y de ahí no debe de pasar su función. El costalero llega, cumple con su cometido y hasta el año que viene. Vivimos un mundo muy voluble, tenemos la piel demasiado sensible y los cambios de un día para otro están a la hora del día. Las hermandades son corporaciones unitarias en las que, si algo sobra, es el personalismo de muchos de nosotros o los grupos de presión, llámense bandas o cuadrillas de hermanos costaleros. Recientemente hemos asistido a situaciones en las que la voluntad de las cuadrillas ha cambiado juntas de gobierno, en algunos casos, después de realizar buenos y hasta brillantes mandatos, pero los planteamientos de esos dirigentes chocaban frontalmente con sus intereses y ahí están las consecuencias.
“Hay hermandades que “andan” y otras que, por tradición mal entendida, realizan continuas paradas y someten a sus nazarenos a auténticos calvarios”
– ¿Se cuida al nazareno en esta ciudad?
En general, creo que no. Dicho esto, tendríamos que distinguir las llamadas hermandades “de negro” que, por su modo de andar, facilitan la estación de penitencia de los hermanos nazarenos. Entre las llamadas hermandades “de capa” o “de bulla”. En este punto hay hermandades que “andan” y otras que, por tradición mal entendida, realizan continuas paradas y someten a sus nazarenos a auténticos calvarios que, podrían solventarse andando de largo.
– ¿Qué cree que le sobra y le falta a la Semana Santa de Córdoba?
Creo que sobra mirar y mal copiar lo que hacen en otras poblaciones y falta formación, mucha formación para actuar con el rigor y la exigencia que requieren todas y cada una de nuestras hermandades.
– Si tuviese que elegir a un pregonero de los muchos que le han precedido, ¿quién sería?
La verdad es que es muy complicado, en Córdoba hemos disfrutado de magníficos pregones y pregoneros, por lo que me resulta muy complicado decidirme por uno en concreto: yo citaría a Antonio y a su hermano Ángel María, Fran Mellado, Antonio Capdevila o Fermín Pérez han sido todos magníficos exaltadores de nuestra Semana Santa. Ahora, si tuviera que quedarme con uno, posiblemente sería con Ángel María Varo Pineda, por su gran capacidad para transmitir y emocionar al espectador.