Córdoba

Expertos en Sectarismo

Le hablo de una ciudad donde el paro alcanza unas tasas inaguantables; donde toda una generación de jóvenes tiene que exiliarse de su entorno, y dejar atrás a amigos y familiares, ya que en la ciudad que los vio nacer no encuentran un posible sustento que les haga proponerse un plan de vida digno; les hablo de una ciudad donde año tras año se truncan los sueños de pequeños empresarios que tienen que cerrar sus negocios debido a la atonía insoportable de una economía siempre casi parada, siempre en marcha a trancas y barrancas. Les hablo de una ciudad donde la industria pesada no tiene representación y la agricultura es subvencionada sin que cree riqueza; una población donde se ha apostado por un único camino los servicios y el turismo. Bares y tiendas son nuestro refugio, nuestro estandarte, nuestro I+D, y nuestro presupuesto general. En esta ciudad así descrita a su ayuntamiento ni está ni se le espera en estas materias; ni planes efectivos de dinamización, ni estudios de condiciones para que los perniciosos hechos que hemos descrito no tengan lugar… Nada

Bueno si, el ayuntamiento de esa urbe crea comisiones de expertos para expropiar y enfrentar a la ciudadanía creando problemas que sólo están en la mente de fanáticos con obediencias muy claras y concretas. Córdoba conoce ya que Federico Mayor Zaragoza, ha sido nombrado por la alcaldesa Ambrosio presidente de una comisión de expertos que pretende lograr la titularidad publica de la mezquita-catedral de Córdoba, expropiandoselo a su legitimo propietario que es la Iglesia. Repasemos el envidiable curriculum de este prócer: Exministro de educación con UCD en los primeros años de la década de los ochenta; todos sabemos la calamitosa situación de la educación en España, quizás si buceáramos un poco en la historia educativa nos podríamos aleccionar bastante sobre qué papel tuvo este catedrático de bioquímica en el planteamiento de lo que es hoy; director adjunto de la Unesco, desde los años 1978 a 1981, ésto lejos de ser una medalla en su curriculun nos hace presagiar mil y unas calamidades, no hay sino que señalar la situación de otros prohombres españoles con altas responsabilidades en organizaciones supranacionales; copresidente del grupo de alto nivel, de la prestigiosa, útil y nunca bien ponderada Alianza de Civilizaciones; y por supuesto un eximio amante de la paz que ya en 2013 apoyó, junto a otras personalidades de su calaña, una manifestación en Bilbao a favor del acercamiento al País Vasco de los presos de la organización terrorista ETA. Conviene recordarlo.

Digamos que esta comisión, y este dudoso presidente, propuesto por una no menos nefasta gestión en la alcaldía ha comenzado su labor con mentiras y falsedades varias llamando a la justa pertenencia de la Catedral, nombre que nunca debió ser cambiado y el que en puridad le corresponde como así atestiguan los últimos ochocientos años, como privatización. Olvidando que lo que ellos ven como un monumento para turistas es un templo de oración donde se adora a Nuestro Señor Jesucristo. La Catedral no es como reclama cierta plataforma de todos; es de los cordobeses que respetan un templo cristiano que durante casi un milenio ha sido la casa de los católicos de nuestra ciudad, y alma mater de nuestra diócesis. La Catedral tiene una esencia católica, la propia Unesco señalaba que su uso religioso ha salvaguardado su conservación, que es insoslayable e innegable; hurtar esto a la conciencia colectiva de nuestra ciudad es falsificar una historia que los de siempre tratan de bastardear. En este sentido podemos afirmar sin exageraciones que la actual alcaldía de Córdoba ha llamado a rebato y ha declarado la guerra a los católicos amenazando con que “se tomarán las decisiones más rentables, eficientes y que permita con más garantías avanzar en la titularidad pública”. Lo público en este caso es simplemente robar lo que no es del ayuntamiento y nunca lo ha sido; repetimos, el ayuntamiento de Córdoba nunca ha tenido desde la reconquista en 1236 por el rey San Fernando ningún titulo de propiedad, ni lo que es más, ningún titulo moral hacía lo que es de la Iglesia y del Cabildo Catedralicio como el propio Rey Santo quiso e instauró al donar las llaves del templo al obispo Fitero.

Son motivaciones sectarias de grupos anticatólicos, que representan a un minúsculo sector de la ciudadanía, los que están detrás de un plan para forzar los hechos y sustraer la Catedral a su legítimo propietario, y que un partido como el PSOE recoge para elevar un perfil de pertenencia a la izquierda del que está muy necesitado. Funcionarios del ayuntamiento de Córdoba, suponemos que en sus horas de trabajo, y pagados por los cristianos de Córdoba elevan informes ridículos llenos de parcialidad donde se afirman peregrinas teorías como que la titularidad publica “supone que estos monumentos tienen y tendrán un único dueño y legítimo titular, los ciudadanos y ciudadanas del mundo pertenecientes a cualquier tiempo o época pasada, presente o venidera sin distinción de pueblos, naciones, culturas o razas”.

Y es aquí la meta final de todos estos expertos sectarios, algunos coherentes en su maldad y otros disimulando, lo que pretenden es desacralizar nuestra iglesia Catedral, hacerla un monumento sin alma, otro triunfo de una laicidad radical que si no quema iglesias las expropia, o en un delirio antihistorico hacer de la catedral un templo compartido con el Islam. Debemos tener cuidado con las intenciones como las del ínclito Mayor Zaragoza que ha advertido que la Unesco puede declarar el monumento como Patrimonio Mundial “en peligro” si no se cumplen los valores “excepcionales” de “convivencia” y respeto entre culturas por el que fue protegido por este organismo internacional. “Es un icono a escala mundial de convivencia, fraternidad y solidaridad”, ha añadido sobre el principal atractivo turístico de la capital cordobesa, un monumento que define como símbolo entre culturas. Es decir niega a la Iglesia Católica presente en todas las culturas de la Tierra, puente entre los hombres que predica el amor entre hermanos esa capacidad de convivencia y fraternidad.

Expongamoslo claro, Mayor Zaragoza y quienes le aplauden y consienten son unos monstruosos falsarios. Para quien quiera conocer más sobre la hipocresía de los planteamientos de los expropiadores no tiene más que leer el informe elaborado por el Grupo de Estudios Estratégicos (GEES), que analiza la polémica sobre la titularidad de la Mezquita-Catedral de Córdoba, alerta de que dicha controversia busca el rezo compartido, algo que en las conclusiones del estudio se presenta como “imposible”. En el informe, el catedrático arabista Serafín Fanjul analiza la presencia musulmana en España a través de documentos históricos y “desmonta aquellas tesis que invocan esta época como un claro ejemplo de convivencia entre culturas”. Pero no son sólo informes los que avalan la expropiación de la catedral como un pretexto, ahí están para quien quiera hacer memoria las declaraciones del senador de IU José Manuel Mariscal: “habría que considerar el rezo musulmán” si el templo tuviese titularidad pública “igual que se admite el culto católico”.

Queremos acabar el presente articulo con una reflexión; que sin embargo no acorta el tema, por ejemplo y si Dios quiere iremos desgranando las falsedades y malevolencias que se mueven alrededor de las llamadas inmatriculaciones de la Iglesia; llamada a notar que cuando se ataca a la catedral se ataca el verdadero centro comunitario de la fe en nuestra ciudad, y siendo así se ataca la misma Fe. Cristianos de toda condición no vamos a permitir que nuestra forma de culto y sus templos sean bien mancillados o bien cerrados, eso nos retraería a situaciones que creíamos superadas.