Viendo esta foto puede parecer muy normal, pero con 46 grados ya no es tan normal. Así vive Córdoba su fe hacia la Virgen del Carmen Coronada, que tiene su casa en la cuesta. No importa las horas o el calor, hasta la fuente de abajo llegaba la cola para subir a ese joyero de San Cayetano para quedarse extasiado ante la belleza de la Perla Hermosa de su Carmen.
Y con la gracia y estilo de convento, que nunca pierde, mimada por sus frailes y sus jóvenes y sus mayores de la Archicofradía. Fe verdadera en el Carmen, a prueba de crisis y de silencios, porque está asentada en hábitos de promesas de nuestras abuelas y madres. Inquebrantable.