Granada volvió a volcarse con su patrona

Se cumplieron cuarenta años saliendo el último domingo del noveno mes del año

Como manda la tradición, la Nuestra Señora de las Angustias recorrió las céntricas calles de la capital granadina el último domingo de septiembre. 368 horquilleros, divididos en ocho tandas de 46 cada uno fueron los que llevaron a la patrona por el itinerario tradicional, ante la mirada de cientos de personas. Una hora antes de la salida ya podía verse numeroso público esperando la gran cita.  

A las seis y media se reencontraba con los granadinos, luciendo el manto del Pueblo, datado en 1899. Sobre sus sienes, la presea de la coronación canónica, de 1913. El antipendio fue una donación de la reina Isabel II en 1855. En cuanto al exorno floral, rosas, fresias, brunias y más de doscientos nardos colocados por los trabajadores de floristería Flor de las Nieves, de Las Gabias.

Por primera vez, José María Gil Tamayo, arzobispo de Granada, pudo comprobar el cariño que la ciudad tiene a la Virgen de las Angustias, quien es patrona además de toda la archidiócesis. No faltaron las representaciones de la corporación municipal, presidida por la alcaldesa, Marifrán Carazo, así como otras personalidades destacables. Fue el caso de Rocío Díaz, consejera de Fomento, o Antonio Granados, delegado del Gobierno. Fieles a su cita, no faltaron otros organismos ni entidades, como las Damas del Pilar, con la asistencia de su presidenta, Marisol Asenjo.

En cuanto al acompañamiento musical, la Agrupación del Cristo del Perdón, de Guadix, Cabeza, de Exfiliana, la Fe y María Santísima de la Estrella, ambas de Granada. Acompañó al cortejo la Banda de Música de Íllora. La Banda de Música de Ogíjares interpretó el himno de la patrona en plazas como la del Carmen o las Pasiegas, así como durante el regreso a su basílica.

Durante el recorrido no faltaron los cánticos ni los aplausos hacia una de las imágenes más veneradas de Andalucía. Así lo puso de manifiesto el público llegado desde distintas provincias, como Jaén, Almería o Málaga que, a pesar de las temperaturas, acudieron para estar junto a la madre de los granadinos durante las cinco horas aproximadamente que duró la procesión.