Las hermandades nunca dejan de sorprender. Incluso cuando una trayectoria parece avalar el trabajo desarrollado, existen ocasiones en que hay decisiones que determinan cambios donde parece que las circunstancias lo desaconsejan. Juan Carlos Vidal no seguirá siendo el capataz de la cuadrilla del paso de palio de Nuestra Señora de la Piedad. Una decisión adoptada de “mutuo acuerdo”.
Después de una trayectoria impecable de cinco años, desde que fue nombrado en 2015, la junta de gobierno de la corporación y el propio capataz –según se desprende del comunicado emitido al efecto- han tomado la decisión de iniciar una nueva etapa al frente del segundo de los pasos de la cofradía. Ello a pesar de que su labor al frente de la cuadrilla ha conseguido erigirla como una de los referentes, en cuanto al caminar de los palios de la ciudad de San Rafael, un andar personal e intransferible. El equipo de gobierno de la hermandad ha querido agradecer públicamente a Juan Carlos Vidal su trabajo, dedicación y entrega.
Sea como fuere, la impronta de Vidal quedará para siempre asociada al palio de la Piedad, en virtud de su enorme personalidad y su incuestionable sabiduría. Un cofrade que en las distancias cortas goza de una característica esencial que no todos los personajes del universo cofrade ostenta y que le otorgan ese interés añadido que algunos tanto valoramos al tratar con protagonistas de este mundillo, mirar a los ojos y decir lo que piensa. Una persona que adicionalmente, evidencia su conocimiento profundo en muchas materias y cuya conversación fluida denota que estamos ante un cofrade en toda la extensión de la palabra. Su huella quedará para siempre asociada a la Hermandad del Prendimiento.