Artículo escrito por Rafael Giménez Domench, Diputado de Cultos de la Sentencia, para el Boletín de 2022 de la Hermandad de la Sentencia.
Sí, más cerca de alcanzar el ansiado objetivo de tener un espacio expositivo del patrimonio de la Hermandad, así como de un lugar desde donde iniciar y finalizar nuestra Estación de Penitencia con la dignidad que merecen nuestros Titulares
Los trámites administrativos requeridos para la rehabilitación y transformación del edifico para recuperar su imagen y estructura original no han sido fáciles, ni mucho menos rápidos. Desde septiembre de 2017 en que se presentó el proyecto básico para la adaptación del inmueble a sede de la casa hermandad y la solicitud de información de carácter arqueológico como paso previo preceptivo para dicho objetivo, ha sido necesaria una sucesión de estudios, reuniones, intervenciones, informes y permisos desde las diferentes entidades implicadas (Gerencia Municipal de Urbanismo en sus diferentes departamentos, Consejería de Cultura de la Junta de Andalucia, Delegación de Fomento, etc.) hasta que el pasado 21 de diciembre fue aprobado por el Consejo Rector de la Gerencia la modificación de la ficha urbanistica. Si bien este paso ha sido el más relevante ya que permitirá la recuperación y rehabilitación de un edificio singular cuyos muros cuentan una parte importante de la historia de Córdoba, aún es precisa la concesión de la pertinente licencia de obra, la cual en el momento de redactar este escrito se haya en proceso de aprobación, siendo éste el último de los trámites para poder ejecutar y completar la obra.
Este tiempo transcurrido no ha sido totalmente vano, dado que con la autorización y supervisión de las entidades pertinentes se ha podido realizar la demolición de las tabiquerías, la retirada de los forjados en mal estado, el picado de los enlucidos del revestimiento interior y exterior, la sustitución de la cubierta, la renovación de la red de saneamiento, la apertura de catas, el rebaje del suelo y posterior colocación de losa de hormigón, además de otras actuaciones complementarias.
Siendo verdad que el tiempo transcurrido ha sido mucho y excede en demasía lo esperado, no es menos cierto que hablamos de un inmueble cuya primera fase constructiva data de 1681, si bien el inicio de la congregación que dio lugar al primitivo hospital anexo de San Juan, San Simón y San Judas se remonta a 1448. La longevidad del edificio hace que haya pasado por diferentes propietarios, usos y transformaciones, habiendo sido primero iglesia del antiguo hospital (donde surge a finales del S. XVII el germen de la actual Hermandad de los Dolores) hasta que la congregación de la Orden Tercera se traslada a la Plaza de Capuchinos en 1707 y entonces es vendido al Cabildo Catedral que lo transforma y destina a Tercia de Vinos para almacén del diezmo, siendo vendido finalmente a manos privadas a finales del S. XIX, que es cuando sufre la mayor transformación para convertirlo en vivienda, creando dos forjados en su interior como división vertical y alterando todos los vanos originales de la fachada, dejando el frontón superior casi como único vestigio fácilmente reconocible de lo que fue.
Todos esperábamos poder estrenar la nueva Casa-Museo esta próxima cuaresma con la salida procesional de nuestra Hermandad, pero la importancia y magnitud de los trabajos a ejecutar y el estar aún a expensas de la concesión de la licencia para la intervención definitiva del proyecto hace muy lejana esa posibilidad.
Es un largo camino el que llevamos recorrido, en el que no ha faltado la ilusión, el tesón, la insistencia y la tenacidad, aunque a veces también las dudas y el desánimo, siempre superado, y en el que ya se vislumbra más cercano el momento en el que el diputado de horas llame a las puertas de la antigua iglesia del Hospital de San Jacinto, y éstas se abran de par en par dando paso a la majestuosidad de N.PJ de la Sentencia en su paso de misterio y a la pureza de M.ª Stma, de Gracia y Amparo en su renovado paso de palio. ¡Ultreya!