En este fin de semana, he podido volver a deleitarme a través de las redes sociales, de grandes marchas y actuaciones de formaciones musicales de nuestra Semana Santa.
Existe una verdad que está a la orden del día, y es que la gran mayoría de bandas Tienen un nivel que está por encima que el que había hace muchos años. Éstas cuentan con más medios para poder desarrollar su actividad de forma más correcta. Pero siempre habrá bandas señaladas por el público por diversos aspectos. Uno de ellos es, sin duda, la cantidad de componentes.
En la ciudad de Sevilla, como sabemos, hay muchas formaciones musicales las cuales hacen lo propio en nuestra semana mayor. Existe una diversidad de estilos, lo que hace que existan mayor número de opiniones. Pero sin duda y bajo mi punto de vista, existe una gran infravalorada: la Sangre de San Benito. Creo que es de las bandas más trabajadas y que más perfeccionan su forma de tocar, su interpretación y el exquisito repertorio que eligen para las distintas ocasiones. Pero creo que Sevilla no es justa con ella. Tener un número elevado, más bien sobrepasado, de componentes no es sinónimo siempre de hacer buena música. La banda hace una música a un nivel excelso y así lo llevan demostrando varios años, pero por lo que he podido escuchar de sus últimas actuaciones, no tiene ningún pero que ponerle.
Siempre existirán las comparaciones, pero la música es la que es: es buena, es mala, y se interpreta mejor o peor. Pero la banda de la Sangre sabe elegir lo mejor a día de hoy e interpretarlo a un nivel extraordinario.