La Junta de Gobierno de la Hermandad del Amor del Cerro, corporación que se convierte en cofradía cada Domingo de Ramos, y que tiene su sede canónica en la parroquia de Jesús Divino Obrero, ha convocado a sus hermanos a la celebración de un trascendental Cabildo de índole extraordinario que puede marcar su futuro. La importantísima asamblea se celebrará el próximo 24 de septiembre, domingo, a partir de las once treinta de la mañana en el salón parroquial de su sede canónica. Todo ello en virtud de los preceptos que marcan las Reglas corporativas en su Título V, Capítulo 2°, Regla 18.
El punto único de la convocatoria es la aprobación, si procede, del proyecto de nuevo paso procesional para María Santísima de la Encarnación. De salir aprobado la Hermandad sentaría las bases para emprender la construcción de un nuevo altar itinerante para la bellísima dolorosa de Luis Álvarez Duarte y se convertiría en un ilusionante proyecto corporativo que marcará el devenir estético de la Hermandad en los próximos años.
Conviene recordar que el actual paso de palio de la cofradía del Domingo de Ramos fue diseñado por el inolvidable proyectista Fray Ricardo de Córdoba, figura esencial de la Semana Santa andaluza de la segunda mitad del siglo XX Y de la propia hermandad del Cerro. No en vano su concurso fue decisivo para la mismísima llegada de los dolorosa y, años después, de Nuestro Padre Jesús del Silencio en el Desprecio de Herodes.
El 25 de marzo de 1981 don Pelayo González, primer párroco de Jesús Divino Obrero, y fray Ricardo de Córdoba bendecían la nueva imagen de la Virgen de la Encarnación que la hermandad había encargado al imaginero sevillano Luís Álvarez Duarte en el año 1979. Su incorporación exigió un cambio en los estatutos, que ya habían sido renovados en 1975, para permitir la cotitularidad de la Señora, modificación que es aprobada el 21 de marzo de 1982.
En 1981 María Santísima de la Encarnación se sumaba a la estación de penitencia. Aunque en sus primeras salidas llevó bajo sus trabajaderas a los costaleros de la Hermandad del Císter, en 1984 las hermanas de la cofradía decidieron asumir tal responsabilidad; si el primer año la mecieron hasta abandonar su barrio, ya al siguiente realizaban toda la salida procesional, convirtiéndose en la primera cuadrilla de hermanas costaleras de Andalucía.