Juan Jiménez, vestidor de Nuestra Señora de la Paz y Esperanza de la localidad cordobesa de Nueva Carteya, ha procedido a cambiar de terno a su imagen titular para el tiempo de Adviento y la festividad de la Inmaculada Concepción, concibiendo una espectacular composición que es un auténtico deleite para los sentidos.
La imagen, primera obra de los imagineros Juan Jiménez y Pablo Porras, fue restaurada por los mismos el pasado mes de abril. Para este tiempo, se nos presenta con un vestido de corte imperio, realizado sobre un terciopelo bordado donado por un grupo de hermanos de la corporación y confeccionado bajo el diseño que el imaginero Juan Jiménez realizara para la Virgen de la Quinta Angustia de la capital cordobesa. El mismo, fue confeccionado por las camareras de la prohermandad cordobesa Ángela Sanchez y Pilar Echevarría.
Por su parte, el manto está realizado en terciopelo azul plomo con puntilla dorada, fue confeccionado y donado por Antonia González Luque. Remata el conjunto el pañuelo del siglo xx realizado en encaje de tambor, y los broches pectorales que tambien son estereno en el terno, donados por sus escultores.
La imagen de la Virgen de Paz y Esperanza es especial para estos imagineros, toda vez que el propio Juan Jiménez González fue fundador de la hermandad penitencial y cofradía de nazarenos de Nuestra Señora de la Paz y Esperanza, Reina de los Ángeles y San Juan Evangelista, en el año 1997 y, sobre todo, por que la imagen de la dolorosa fue el primero de los trabajos que se realizaron en el taller de Juan Jiménez y Pablo Porras en el año 2006.
Se trata, sin ningún género de duda, de una obra importante para ambos imagineros ya que «supuso el comienzo de un sueño y el primer paso efectuado en el camino de la imaginería», tal y como ha manifestado Jiménez a este medio con motivo de la restauración de la imagen. Para Juan Jiménez confluyen fuertes lazos adicionales, en la medida en la que fue fundador de la hermandad que le rinde pleitesía y además, Nueva Carteya es el pueblo donde vive desde su infancia y donde su familia reside al completo. «Es un gran honor y una satisfacción cofrade haber podido materializar junto a la Paz el sueño cofrade que desde pequeño sentía» declaraba.