El arzobispado elevó a canónica la coronación de la imagen que tuvo lugar en 1885
«Soledad, Granada te coronó» podía leerse en la plaza de las Pasiegas durante estos días. La ciudad se ha preparado para un acto que ha congregado multitud de fieles y que llevaban esperando desde hace varios años. A la tercera fue la vencida, se escuchaba a un devoto decir esta mañana. Un hecho aplazado hasta en dos ocasiones debido a la pandemia, que en una mañana de noviembre se ha hecho por fin realidad.
Fue este mismo día de hace 137 años cuando a la imagen, por aquel entonces la Soledad de Santa Paula, le era colocada la presea de plata obra del orfebre Enrique Muñoz, realizada por suscripción popular. 1885 fue el año en el que llegó el último brote de cólera a Granada, dejando más de ocho mil personas infectadas y perdiendo la vida alrededor de cuatro mil. En medio de aquel episodio, la población imploró protección a sus imágenes más milagrosas, como la Soledad de San Jerónimo.

El traslado a la catedral
Tras el septenario extraordinario realizado en su honor, el pasado sábado la imagen salía desde el monasterio de San Jerónimo hasta el primer templo de la ciudad, en una jornada donde fue acompañada por numeroso público. Abría el cortejo la cruz de guía, encontrándose entre las representaciones la de la patrona, la Virgen de las Angustias, así como de las treinta y dos corporaciones penitenciales de la ciudad. Dieciocho ciriales precedían a la dolorosa.

El cortejo discurrió por reconocidos enclaves como la basílica de San Juan de Dios o la parroquia de San Andrés, donde en la entrada se situó un altar con la imagen de Nuestra Señora de la Paz, titular mariana de la cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén. Uno de los momentos más importantes se vivió cuando en la plaza del Carmen le era impuesta por parte de Francisco Cuenca, alcalde de Granada, la medalla de oro de la ciudad, encontrándose representantes de distintos grupos políticos. Posteriormente la imagen llegó hasta la catedral tras discurrir por Reyes Católicos, Mesones y Marqués de Gerona.

137 años después
La imagen fue situada ante la capilla de la Flagelación, presidiendo un altar donde podía leerse «Regina Sanctorum Omnium». No faltó la presencia de las imágenes de San Jerónimo y Santa Paula, tan ligadas a la historia de la corporación. La misa estacional dio comienzo a partir de las 12:30 h., estando presidida por el arzobispo, monseñor Francisco Javier Martínez Fernández. Estuvo concelebrada, entre otros, por Francisco Tejerizo, vicario territorial, Miguel Córdoba, consiliario y director espiritual de la hermandad, y Manuel Jiménez, superior de los Escolapios de Granada. Contó con la presencia del coro Federico García Lorca y la Schola Cantoria. Para una mejor organización, tanto hermanos como invitados accedieron por la puerta del Perdón, mientras que fieles y devotos pudieron entrar en la catedral desde las puertas principales, a partir de las 11:30 horas.

La corona, de siglo XIX y enriquecida para la ocasión por Alberto Quirós, estuvo portada por las madrinas de la coronación, las hermanas jerónimas del monasterio de Santa Paula, junto al pueblo de Granada, ejerciendo como representante el alcalde, la Asociación de Vecinos del barrio del Boquerón-San Juan de Dios, con la presencia de Cruz Palma y la Asociación «Costaleros contra el Cáncer», siendo representada por Manuel Franco, su presidente. La madre superiora de la Orden pidió un permiso especial para poder salir de la clausura y vivir este momento junto a la imagen que custodian las novicias durante todo el año.
En su homilía, el arzobispo habló sobre la soledad como una de las actuales lacras que acechan a la sociedad. No se olvidó de pedir por las lluvias tan necesarias en una época donde todavía no han hecho acto de presencia, una situación alarmante que se extiende por el sur de España, donde ya han salido varias imágenes en procesión de rogativas.
En el momento en el que se dio lectura al decreto de reconocimiento repicaron las campanas de los monasterios de San Jerónimo y de la Encarnación. Debido a sus problemas de espaldas, fue el deán de la catedral, Eduardo García, quien colocaba la corona sobre las sienes de la dolorosa. A las 13:18 desde el interior los asistentes prorrumpían en aplausos mientras que se colaba el sonido de los cohetes. El coro interpretaba la Salve Regina.
El regreso
A partir de las cinco y media de la tarde se iniciaba el regreso de la imagen. La dolorosa volvía al monasterio sin acompañamiento de hermanos, de manera que pudieran acercarse todos aquellos que lo deseasen, lo que permitió a devotos estar más cerca de una de las grandes devociones de la capital. Tan solo un pequeño cortejo, con representación de la actual junto de gobierno se encontraba ante el paso. La dolorosa portaba el terno realizado por las monjas jerónimas en 1881, estando ataviada por Francisco Garví.

La agrupación musical Virgen de los Reyes puso sus sones desde la salida hasta Fábrica Vieja, habiendo discurrido antes por Marqués de Gerona, Mesones, Hileras, Alhóndiga, Darrillo de la Magdalena, Puentezuelas, laza de Jesús del Rescate, Gracia, Alhóndiga y plaza de la Trinidad. Después tomó el relevo la banda de música San Sebastián, de la localidad granadina de Padul, estando dirigida por Manuel Ferrer. El cortejo se adentró por plaza de los Lobos, Málaga, Escuelas, plaza de la Universidad, Tendillas de Santa Paula, plaza del Boquerón, Lavadero de la Cruz, San Juan de Dios, Rector López Argüeta y compás de San Jerónimo. Durante el recorrido se vivieron estampas para el recuerdo como el encuentro entre la dolorosa y la imagen de Jesús del Rescate, que se encontraba en las puertas de la iglesia de la Magdalena, su sede canónica. En el dintel de la parroquia de los santos Justo y Pastor esperaba la dolorosa de los Remedios.
La hermandad de las Chías ve por fin cristalizado un sueño. En torno a la medianoche se ponía punto y final a un día que los hermanos llevaban años esperando. La Soledad de San Jerónimo, que recuperaba para la ocasión su estética de antaño, al gusto granadino, ponía el broche de oro a una jornada que ya forma parte de la historia de la ciudad del Darro. Granada volvió a coronarla.