La Macarena aparece entronizada en su camarín, mientras la Esperanza de Triana permanece en el Presbiterio de la capilla
La Esperanza de Triana y la Macarena lucen desde esta mañana el atavío de manto y saya blancos propios del tiempo Pascual.
la imagen de ambas dolorosas vestidas con el color litúrgico predominante es fabulosa, dado que no suelen coincidir habitualmente en el uso de este color para los cambios de vestimenta.
La Macarena aparece ubicada en su camarín, a diferencia de los días anteriores en los que se presentaba sobre un altar efímero edificado para los días de Semana Santa; y la Esperanza de Triana permanece en el Presbiterio de la Capilla de los Marineros.
El manto que porta la Esperanza Macarena fue realizado en el taller de Guillermo Pérez Carrasquilla (año 1962) sobre tejido otomán acanalado, escogiendo piezas procedentes de otras obras, como la de Rodríguez Ojeda en 1908, que pertenecieron a los antiguos respiraderos y faldones del paso de palio o las de Victoria Caro de 1942.
La saya está ejecutada en los mismos materiales, con bordados reutilizados de Juan Manuel Rodríguez Ojeda.
La Esperanza de Triana luce también un manto blanco, realizado en terciopelo blanco de Otomán con los bordados de vistas de los antiguos faldones de Benjamín Pérez y enriquecido en el taller de José Ramón Paleteiro. Dicha pieza ha sido restaurada este mismo año.
La excepcionalidad de esta Semana Santa ha hecho posible disfrutar de esta imagen irrepetible y magnífico, que seguro quedará grabada en la retina de los cofrades.