Uno de los acontecimientos cofrades más importantes de la década ha sido, sin duda, la Magna celebrada en Málaga capital con motivo del centenario de la Agrupación de Cofradías, que ha puesto en la calle a dieciséis hermandades y sus respectivos tronos, citando a gran cantidad de cofrades en la Capital de la Costa del Sol. Todo ello tras la desoladora época de la pandemia, algo que parece que comenzamos a superar por fortuna. Por ello, desde este portal nos hemos propuesto rescatar momentos de especial relevancia y belleza plástica -por un motivo u otro- a través de vídeos, haciendo una sección específica para ello. Sin ánimo de extendernos en demasía, se trata de ofrecer pinceladas de las maravillas que nos dejó la Magna malagueña.
Sin duda, reseñable fue la puesta a punto de un gran binomio, el conformado por el trono de Nuestro Padre Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén – la Pollinica – y la Agrupación Musical de Nuestro Padre Jesús de la Redención de Sevilla. Buscando la perfección y la excelencia, la Corporación malagueña había decidido traer a una de las formaciones musicales más destacadas del panorama cofrade andaluz y con un estilo más acorde a la escena representada sobre el trono de Francisco Verdugo. La pulcritud musical de la formación sevillana y el marcado estilo de notas alegres que impregnaba cada marcha se fundieron armoniosamente con la exquisitez del caminar que le proporcionaron los incansables hombres de trono a ese gran buque.
Uno de los momentos más destacados fue el correspondiente a la salida de la citada Hermandad. El espectacular emplazado de la calle Parras y el buen hacer de las dos partes – trono y banda – consiguieron emocionar a la multitud infinita de cofrades que soñaban con el momento del retorno del primer Misterio a las calles malagueñas. Sería el momento idóneo, escogido para desvelar una de las grandes marchas dedicadas al Señor de la Pollinica que había quedado en el tintero por desavenencias del destino y que supuso un estallido de emociones motivadas por la brillante ejecución de una puesta en escena con un marco incomparable con la Iglesia de San Felipe Neri como testigo mudo de aquellos momentos. La composición musical – “Domingo de Dios” – realizada por el propio director de la formación, Emilio Muñoz Serna, puso el contrapunto musical al gran repertorio que interpretó con maestría la banda. Marcha armoniosa y alegre ajustada con precisión al momento que representa el pasaje de la Entrada de Jesús en Jerusalén
Una tarde memorable que dejó escenas, de igual manera, fuera de lo común, tales como el regreso del Señor a la luz de los guardabrisas bajo un cielo nocturnino por el entramado de la calle Casapalma, enclave donde sonaron marchas como “Redención” o “Señor de San Esteban”. Instantes únicos que quedarán en la memoria colectivo de muchos malagueños y visitantes que presenciaron el caminar del Señor del Domingo de Ramos a los sones de la inconfundible Redención de Sevilla.