Tras la época pandémica, por desgracia muchas formaciones musicales se han visto obligadas a cesar su actividad temporal o definitivamente, con el consiguiente empobrecimiento para la Semana Santa.
No obstante, entre tanto desierto de desapariciones o pérdida de bandas, podemos encontrar el interesantísimo nacimiento de un proyecto musical tan ilusionante como valiente, por las circunstancias en las que nace.
Se trata de la Agrupación Musical del Cautivo de Dos Hermanas, que pertenece desde ya a la cofradía del Domingo de Ramos nazareno, cumpliéndose así uno de los anhelos de la corporación, el de encontrar un acompañamiento musical sólido y que se perpetúe en el tiempo para su venerado titular cristífero.
Así, esta prometedora formación nace con el objetivo de acompañar a su hermandad tanto el Domingo de Ramos como en otros actos de la corporación, además de llevar a gala el nombre del Cautivo a lo largo y ancho de nuestra geografía.
Pese a que los comienzos nunca son sencillos, este proyecto que nace al amparo y bajo la corresponsabilidad de la Hermandad del Cautivo, pretende a ser un brazo o extensión de la cofradía y fomentando, así, los valores de esta hermandad en tanto en cuanto que se habilitará un nuevo espacio dónde se fomenten valores cristianos, refugio de jóvenes y no tan jóvenes donde se fomente una afición tan pura y noble como lo es la que se siente hacia la música cofrade.
En lo que se refiere a lo musical, se pretenderá conjugar de manera balanceada el estilo más clásico de la agrupación musical con otros estilos más modernos. Se perseguirá lograr un repertorio rico en composiciones clásicas con rearmonizaciones actualizadas, sin perder la esencia de estas y de la época moderna, manteniendo una misma dirección definida y clara. De esta manera, el repertorio se podrá dividir tres bloques, de los que en su gran mayoría se contarán con marchas clásicas dentro del estilo musical de la Guardia Civil (“La Saeta”, “Costalero”, “Cinco Llagas”…), la adaptación de cantos litúrgicos (“Resucitó”, “Sabed que Vendrá”, “Oh Pecador”…), y marchas de otras formaciones (“Jesús Sacramentado”, “El Sacramento de Nuestra Fe”, “Nuestro Padre Jesús Cautivo”…).
A partir de ahí, con esa base bien edificada, se irá en busca de un estilo personal bien definido que otorgue una identidad y personalidad propia a la banda nazarena. Todo ello con el objetivo primordial de planificar un repertorio que sea lo más conveniente posible para ensalzar la figura del Señor, enfocando la música de modo que sea un elemento secundario que ornamente la presencia de la divinidad en la calle, huyendo de lucimientos personales.
En relación a la composición de las voces, el grupo principal lo comprende la melodía para trompetas y refuerzos para enriquecer los timbres con cuerda de cornetas; el grupo de acordes lo compondrán dos voces de trompetas; el grupo de bajos contará con la clave de fa, construida mediante trombones, bombardinos y tuba. que trabajará los contrapuntos y la base armónica; y la percusión, que contará como no podía ser de otra manera con tambores, caja, bombos y platos.
Sobre la identidad de la banda en la calle, lleva el nombre de su Titular y por ello, deberá guardar y hacer guardar la imagen que ello conlleva de respeto, inculcando a los componentes ese sello de seriedad, honestidad, humildad y, en definitiva, los valores que lleva a gala la Cofradía del Cautivo. En cuanto a la imagen corporativa, también estará presente la idiosincrasia de la hermandad nazarena. A modo de iniciativa y cómo primera propuesta, ya que la banda tomará el nombre de uno de los Titulares, Nuestro Padre Jesús del Cautivo, dentro del escudo podría constar el ancla en honor a María Santísima de La Esperanza, titular mariana de la hermandad nazarena. El ancla, fue usado por los artistas de la zona mediterránea para expresar no solo lo que significa mantener una embarcación fija en el mar, sino como alegoría de la Esperanza y de la salvación. Entre los poetas místicos, el áncora y la cruz unidas (cruz-ancla) expresa la voluntad de no abandonarse a los remolinos de la sensibilidad humana, fijando la voluntad a la cruz de Jesús como fuente de toda gracia.
En definitiva, bien podemos estar ante el nacimiento de una formación musical que, en un tiempo, pudiera situarse entre las más destacadas de una tierra tan rica en bandas como lo es la provincia de Sevilla. El techo de la misma lo pondrá el camino andado que, ahora mismo, sólo goza de los primeros pasos, que no por ello dejan de ser sólidos. Por el bien de la música cofrade, ojalá todas esas buenas intenciones que se atisban en estos primeros compases de vida de la formación, se traduzcan en un proyecto consolidado en unos años.
