A pulso aliviao, Opinión, Sevilla

2022. Plaza del Museo. Agua Bendita

Suena de nuevo el Llamador. El capataz da tres toques rápidos y llama a sus costaleros. Ellos le responden. Da la orden, mantiene el silencio unos segundos y vuelve a tocar el martillo.

El paso se levanta, y las bambalinas vuelven a chocar contra el varal en una sinfonía deliciosa, que unida al racheo de los costaleros se convierte sencillamente en un espectáculo sin comparación.

El palio empieza a salir mientras el maestro guía a sus hombres para salvar el dintel de la puerta: ¡Bueeeenooo!, ¡Muy poquito a poco! ¡A tierra la trasera! ¡Duro con ella valientes!

La Señora asoma a la plaza, el público aplaude y se inician los sones de la Marcha Real. El paso arría unos minutos. Se levanta al cielo en la anochecida de Sevilla. Suena la Oliva de Salteras. Y se oye, al fin, la sinfonía atemporal que la acompaña año tras año durante gran parte del itinerario, “Virgen de las Aguas”.

Seguramente les he evocado una escena imborrable y posiblemente tradicional de sus Semanas Santas, esas que han pateado hasta la extenuación por calles que ni sabían que pertenecían al centro Metropolitano.

Este humilde redactor, que tiene el placer y el honor de quitarle unos minutos de su tiempo en el día de Año Nuevo, prefiere no obstante visualizar el futuro.

Por esa razón he elegido un lugar, la Plaza del Museo; una fecha, el Lunes Santo; y un instante, la salida de la Virgen de las Aguas.

Y es que este 2022 al que hoy le damos la bienvenida, llega con un aniversario en letras mayúsculas: Los 250 años de la hechura de la Virgen de las Aguas por Cristóbal Ramos.

Imagino que algunos de ustedes pensarán ya en una procesión extraordinaria de 7 u 8 horas con pontifical en la catedral, parada en el ayuntamiento y todo lo que dichas salidas contienen.

Siento decepcionarles, pero no va el asunto por esos derroteros. Todo lo contrario. Extraordinarias hemos tenido 3 en 2 meses, y en la opinión de este redactor el cupo ya se ha marcado para una buena temporada.

El aniversario de la Virgen de las Aguas, más allá de todo lo que planee la hermandad, se habrá consumado cuando la Reina del Museo, después de 2 años de horfandad popular cofradiera, vuelva a encontrarse con Sevilla al salir en su paso de palio a la caída de la tarde del Lunes Santo. Eso sí que será absolutamente extraordinario.

Por ello le pido al 2022 salud para todos, un Lunes Santo como Dios manda (que ya toca) para celebrar el cumpleaños de la Virgen que mira al cielo de malla que la cubre en su paseo por Sevilla; y como no, el agua que le da nombre y tanta falta nos hace siempre.

Brindemos por un 2022 de Agua Bendita en esta Mariana ciudad. Ése será la mejor señal de que todo vuelve a ser lo que era.