El pasado Sábado (de Bondad) la salida de Nuestro Padre Jesús de la Bondad coincidió con el comienzo del partido del Córdoba C.F. Cuando la cofradía apenas llwvaba una hora de recorrido se empezaron a agolpar en las calles más cercanas al estadio del Arcángel aficionados con la camiseta del equipo. Se veía en sus caras un gesto de preocupación y desamparo, en seguida se podía observar como buscaban consuelo en el rostro del Señor y parecía que rezaban y pedían de manera introspectiva algo que en aquel momento desconocía.
Ante la extrañeza de ver a esas horas que aún se debía de estar jugando el partido a tanto aficionado con su camiseta mivros de la cofradía consultaron qué había ocurrido y enseguida, los aficionados aclararon que se había suspendido el partido porque un jugador del Córdoba, concretamente Dragisa Gudelj, había caído desplomado al suelo y se le había tenido que realizar la reanimación cardiopulmonar.
“Creo que todos los que vieron al Señor en un momento u otro nos acordamos de eso y pedimos encarecidamente por su recuperación”, ha explicado el hermano mayor de la cofradía, Carlos Delgado, añadiendo que “nuestro capataz Juan Horacio de la Rosa pidió a la cuadrilla de costaleros la realización de una levantá implorandole al Señor que intercediera en la recuperación del jugador”.
“Yo como hombre de fé y sin quitarle el más mínimo mérito a todos los sanitarios que salvaron la vida de Gudelj el Sábado y a la fuerza del propio futbolista, tengo la convicción de que la intercesión divina ha jugado un papel determinante para que hoy no tengamos que lamentar esta pérdida”, ha subrayado el hermano mayor, que ha incidido en que escribe estas palabras “porque ese es el sentimiento propio y el de muchas personas que me lo han transmitido y que pidieron ese día con fé a Nuestro Padre Jesús de la Bondad y seguro que se sienten identificados”.
Sea como fuere, en estos momentos el futbolista se encuentra “estable” y pasará a planta en las próximas horas. Valoren por sí mismos si la intervención del Señor de la Bondad ha podido influir en ello. Lo que nadie puede llegar es que la fe consigue alcanzar, a veces, logros insuperables y mueve montañas.