Con la venia, Opinión

Con la venia | El ruido

Se acerca el Miércoles de ceniza, la Cuaresma, y por ende la Semana Santa. Un tiempo fundamental para el católico; y no, la Cuaresma no es el tiempo, como me decía un chaval cofrade si chaval es un hombre de 30 años, en que se presentan carteles y se hacen ensayos de pasos con costaleros o de bandas de música.

La Cuaresma es un tiempo de preparación en el sentido de que la persona se enfrenta a sus miedos y pecados, a sus debilidades y faltas, y así se debería plantear para un cofrade que quiere que su Semana Santa, como cenit, tenga acompañar a sus titulares envuelto en el hábito de nazareno mientras ora a Dios Nuestro Señor.

No hay más, ni menos, eso es vivir la Semana Santa lo demás es estéticamente bonito, puede ser emocionante e incluso una experiencia, eso que hoy nos venden los cursis progres, pero conlleva en la actualidad un ruido casi insoportable que aparta al cristiano, al cofrade y al penitente de su fin último.

Quizás la Semana santa de Córdoba, en su actual diseño, sólo sea un escaparate de oropel, para atraer turistas. Aunque algunos, quizás pocos, no nos guste ver como algo tan serio y simbólico como es una Semana Santa sea triturado, bastardeado y mercantilizado en eventos como Fitur. Esos pocos que quieren orar a Dios; como el hombre recio y sano que antaño rezaba a una imagen para pedir lluvia para sus campos, o por el bienestar de sus hijos y acababa haciendo un acto de constricción; se alejan del ruido ambiente incluso cientos de kilómetros para buscar una esencia que cuesta en nuestra casa encontrar. Uno de los dos mejores fotógrafos cofrades cordobeses nos podría contar mucho sobre esto.

La realidad es que esa Semana Santa como industria del espectáculo es la visión predominante de nuestros días, signo de los tiempos. Es una “celebración” así conformada que llena pulsiones e intereses tanto clericales como políticos. Algo tangible que no podemos negar y que además se acopla perfectamente en la panoplia de deseos del común de nuestros Paisanos que como decíamos en otro lugar encuentran pasado de moda hablar, y meditar, sobre la salvación de las Almas.